jueves, 28 de febrero de 2013

lectio 3 DCuar C

3 Domingo de Cuaresma, C.
Texto a meditar y orar del Evangelio de San Lucas 13, 1-9
En aquel tiempo, algunos hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato había mandado matar a unos galileos, mientras estaban ofreciendo sus  sacrificios. Jesús les hizo este comentario: "¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? Ciertamente que no; y si ustedes no se arrepienten perecerán de manera semejante. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan acaso que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? Ciertamente que no; y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante".
Entonces les dijo esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo; fue a buscar higos, y no los encontró. Dijo entonces al viñador: 'Mira, durante tres años seguidos he venido a buscar higos en esta higuera y no los he encontrado. Córtala. ¿Para qué ocupa la tierra inútilmente?' Él viñador le contestó: 'Señor, déjala todavía este año; voy a aflojar la tierra alrededor y a echarle abono, para ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré.
LECTURA: "Busca leyendo…" (¿Qué dice el texto en sí mismo). Jesús va de camino hacia Jerusalén. Unos hombres se acercan para interrogarle sobre la situación del mal y la providencia de Dios. Hay que entender que era común entre los israelitas juzgar los acontecimientos por la retribución. El texto de Lucas se divide en tres partes. Las dos primeras partes se refieren a acontecimientos históricos, uno de índole política y otro, religioso; uno por la matanza en el templo y  otro por la justicia divina y le sirven a Jesús para llamar la atención sobre la conversión. Y la tercera parte la constituye la breve parábola de la higuera estéril que el dueño de la viña quisiera cortar mientras el viñador le aconseja de esperar todavía un año, antes de cortarla, para ver si, después de oportunos cuidados, produce frutos. Todas las partes del texto hacen alusión a un mismo tema: la PACIENTE espera e invitación de Dios a la CONVERSIÓN.
Los dos hechos que se mencionan en la primera parte del evangelio eran notables a todos y de los cuales la gente había hecho evaluaciones muy diversas. La muerte violenta de aquellos peregrinos galileos había sido considerada según algunos como un castigo que Dios infringía por los pecados cometidos y que sólo Dios conocía. Jesús no acepta semejante explicación y toma la ocasión de este suceso para hablar del juicio de Dios que, con sus castigos, va a caer indistintamente sobre todos los hombres y mujeres a menos que se conviertan.
Estos continuos llamados a la conversión contienen amenazas, cuya finalidad es que los oyentes capten que todos son pecadores y que todos indistintamente tienen necesidad de conversión. De ahí la urgencia de conversión.
La tercera parte del evangelio, con la parábola de la higuera estéril trata de precisar que tales amenazas se verifican sólo en el caso de que las gentes permanezcan sordas a las llamadas de conversión que Dios, que por medio de Jesús, se dirige en el tiempo presente. La parábola termina con la seguridad dada al viñador por el dueño de la viña  de cuidar de la higuera y con los oportunos cuidados ofrecerle la posibilidad de producir frutos; por lo mismo no la cortará, sino que esperará con confianza los frutos par la próxima estación. La parábola más que indicarnos los límites de la misericordia de Dios, afirma con absoluta claridad que Él, en su bondad, recuerda a todos el tiempo para acoger su invitación a la conversión.
 
MEDITACIÓN: "…y encontrarás meditando", (¿Qué te dice a Ti el texto?) La presencia del mal, presencia inevitable e irritante, es una llamada a la conversión; el mal debe hacer al bueno menos seguro de su bondad y al malvado más sensible al mal. La experiencia del mal es una invitación a la conversión a Dios, el único que puede liberarnos definitivamente de él. No son más culpables los que más sufren. El dolor injustificado, cualesquiera que sean sus causas, cuestiona nuestras seguridades, nos recuerda nuestras limitaciones y, muy a nuestro pesar, nos pone en camino hacia Dios. El mal que hacemos tanto como el que padecemos, desestabiliza nuestras vidas y nos torna inseguros: nos agranda la conciencia de nuestra debilidad e insignificancia.
Hacernos experimentar el mal, en cualquiera de sus formas, puede ser el modo que Dios se ha reservado para recordarnos que sólo Él es nuestro Bien seguro, el Bien que satisface completamente, el Bien que colma nuestras expectativas por ser el único Bien que permanece para siempre.
La parábola de la higuera manifiesta la pedagogía de Dios, la espera paciente del dueño de la viña antes de entrar en acción. Espera de parte de la higuera un proceso de conversión que lleve a dar los frutos que está llamado a dar.
 
ORACIÓN: "Llama orando…" (¿Qué le digo Yo a Dios?). Dios y Padre Bueno, Tú nos conoces, hay en nuestro corazón mucha dureza y muchos obstáculos que nos impiden una verdadera actitud de conversión; hay seguridades que nos confortan  y satisfacciones que nos enorgullecen; esto es lo que te queremos pedir, que tu Hijo Jesús, siga preparando nuestro terreno para que se vayan dando en nuestra vida señales de una conversión, de cambair nuestra manera de pensar y que se adecue al Evangelio, y en el tiempo que nos tienes indicado y demostrarte nuestro deseo de crecer y de volver a Ti.
Nos sentimos muy agradecidos porque nos tienes paciencia y confías en nosotros; porque nos das tiempo para convertirnos de todo lo que no hemos aprendido a quitar de nuestras vidas y no nos hace cambiar nuestro corazón. Hoy queremos pedirte la luz de tu Espíritu Santo que nos ayude a lanzarnos sin miedo a una conversión a Ti.
 
CONTEMPLACIÓN: "…y se te abrirá para la contemplación"  
Experimentemos que somos contemplados por Dios y agradezcamos lo importante que somos ante Él; pero al mismo tiempo descubramos su paciencia que nos espera para que rindamos los frutos que Él quiere de nosotros.
Que tu conversión cuaresmal expresada con tus propósitos se oriente hacia Dios.
Agradezcamos al Señor que nos haya dado al Papa Benedicto XVI y como Iglesia pidamos que el Señor ilumine a los Cardenales reunidos en Conclave para la elección del sucesor de Pedro, Vicario de Cristo.
 
 
La Paz con ustedes.

viernes, 22 de febrero de 2013

lectio 2 DCuar C

  Domingo de Cuaresma "C"
 
Del Evangelio para meditar y orar de San Lucas 9, 28-36
 
 
Lectura (Lectio): lo que dice el texto en sí mismo.
Hoy nos encontramos la experiencia de Jesús llamada "transfiguración" que nos recuerda la experiencia de Moisés cuando Dios bajaba a la tienda de reunión y salía con el rostro radiante, por ello sabían que le había hablado. Pero en el caso de Jesús el resplandor procede de él mismo y abarca sus mismas vestiduras y transforma a sus acompañantes: Moisés y Elías; porque él es Dios. La experiencia es en la montaña, lugar que tiene todo un sentido teológico de revelación de Dios y se da mientras Jesús hace oración. Los tres discípulos, Pedro, Santiago y Juan, aunque adormilados y temerosos, son testigos del hecho. El que interviene es Pedro, como signo de su primacía en la Iglesia. Al centro del relato tenemos el diálogo entre Jesús y los símbolos de la ley y los profetas: Moisés y Elías. Juntos conversan sobre la muerte en Jerusalén que es paso para la resurrección, formando ambos elementos la gloria de Jesús. Sumamente importante es la voz del Padre en medio de la nube que identifica a Jesús como su Hijo a quien hay que escuchar, porque en él culminan la ley y los profetas. Los testigos, entre asombrados y temerosos, bajan de la montaña y guardan, por ahora, silencio.
 
Meditación (Meditatio): lo que me dice a mí el Señor a través el texto.
Hoy el evangelio nos dice que en Jesús se reúnen cielo y tierra, divinidad y humanidad. Hoy se nos confirma que Jesús es el Hijo de Dios en quien tienen su cumplimiento y plenitud la ley, dada por Dios a Moisés, y los profetas, de los cuales el primer elegido para hablar en nombre de Dios es Elías. La gloria de Jesús viene de la obediencia, del cumplimiento de la voluntad del Padre, que culmina en la pasión, muerte y resurrección ya próximas. Parece que tu gloria de Hijo de Dios hecho hombre envuelve nuestro ser y nuestra humanidad adormilada, confundida y temerosa que quiere plantar en este mundo las chozas perecederas, siendo que sólo pertenecemos a lo eterno. En el corazón mismo de Dios está nuestra patria definitiva. También nos dices con tu modo de vivir que la oración, como escucha de la palabra del Padre y la puesta en práctica de su voluntad, como comprensión de la pasión, es el camino para alcanzar la resurrección, la gloria. Y que con este hecho nos hace ver ahora aquello que nos espera.
 
Oración (Oratio): lo que le digo al Señor desde mi vida y desde el texto.
Señor Jesús, invítanos, como a tus discípulos, a subir contigo al monte para orar. Te pedimos que invites a nuestra comunidad, a nuestra familia, a nuestros amigos y a los jóvenes que buscan ansiosos experiencias de transfiguración, de cambio. Que todos podamos contemplar tu gloria y escucharte, como nos pide tu Padre: "Este es mi Hijo muy amado; escúchenlo". Despierta con la luz de tu Palabra nuestras vidas que caminan en la noche y en el vacío sin saber el rumbo cierto. Haz que subamos contigo, que sigamos tus pasos y que viendo tu luz seamos, decidida y alegremente, tus testigos. Las vidas vacías, llénalas; las vidas oscuras, ilumínalas; las vidas confundidas, oriéntalas; las vidas resentidas, pacifícalas; las vidas que no tienen ilusión, anímalas; y a los corazones duros, devuélveles la capacidad de seguirte. ¡A todos transfigúranos!
 
Contemplación (Contemplatio): hago un momento de silencio, alabo y adoro a Dios. Hago algún propósito en esta Cuaresma para mejorar mi vida comunitaria, personal, familiar. Y así prepararme a la Pascua y resucitar a una vida nueva.
 
 
 
 
La Paz con ustedes.

viernes, 15 de febrero de 2013

lectio 1 DCuar C

1 Domingo de Cuaresma, C.
 
Iniciamos el tiempo de Cuaresma cuyo sentido es preparar la Pascua Cristiana, es decir, la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. Reflexionar sobre las tentaciones a las que es expuesto Jesús en el desierto es una invitación para cada uno de nosotros a responder a una pregunta fundamental: ¿qué cosa cuenta realmente en mi vida?
 
Texto de Lucas 4, 1-13 (Léelo serena y tranquilamente una o varias veces hasta desentrañar parte de su estructura, personajes y organización).
 
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio.
No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan". Jesús le contestó: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre".
Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: "A mi me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras". Jesús le respondió: "Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás".
Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras". Pero Jesús le respondió: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
Concluidas las tentaciones, el diablo se retiro de él, hasta que llegara la hora.
 
Lectura (Lectura de lo que dice el texto en sí mismo para entenderlo mejor): Nos presenta a Jesús que dócil al Espíritu Santo se "interna en el desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por el demonio". Nos presenta tres momentos en los que Jesús sufre la tentación. Y Jesús responde con la obediencia al Padre y la fuerza de la Palabra de Dios; así puede vencerlas. "Sí eres Hijo de Dios" le dice el demonio; y Jesús responde. "No solo de pan vive la persona"(Dt 8,3); y "adorarás al Señor tu Dios y a El sólo servirás"(Dt 6,13), le dice al demonio para que lo reconozca; y le responde: "también está escrito: no tentarás al Señor, tu Dios"(Dt 6,16), porque le decía que los ángeles le sostendrían (Sal 91, 11-12). Concluidas las tentaciones, el demonio, se retiró de él, hasta que llegara la hora.
 
Meditación (Reflexión personal y profundización sobre la palabra, lo que a mí me dice ahora en mi familia, vida y circunstancias): Todos los años al inicio de la Cuaresma la Liturgia nos propone la narración de las tentaciones de Jesús, que son una síntesis de todas las tentaciones que El sufrió a lo largo de su misión para darnos la salvación a todos. El hecho de las tentaciones de Jesús manifiesta que las vence porque estaba de manera incondicional obediente a la voluntad de Dios y conocía muy bien las Escrituras. El rechaza al demonio con la Palabra de Dios. Las tentaciones de Jesús nos muestran el misterio de su persona: es el Hijo de Dios hecho hombre. Las sufre realmente; mostrando así su incondicional obediencia y aceptando el proyecto de salvación que el Padre tiene y que el demonio con insistencia quiere apartarlo. Jesús rechaza la tentación de ser un mesías de la abundancia, del poder y del prestigio. La expresión "… hasta que llegara la hora" significa que Jesús experimentará la prueba, la hora, en el momento de su Pasión, que lo llevaría a la Muerte y vencería con su Resurrección. Después de sufrir las tentaciones y haberlas superado Jesús comienza decididamente su actividad y presentará su programa de salvación. Con todo ello, se nos muestra, así, a los cristianos, tanto de ayer como de ahora, y que aman a su Salvador, que ante la experiencia de la tentación, se sientan cercanos a El en el accidentado camino de la vida, que también conlleva el camino de la tentación. Son las tentaciones que toda persona y las comunidades cristianas experimentan porque quieren apartarlos de conseguir la salvación. Somos invitados a hacer ya desde este mundo el mundo que quiere Dios, arrojando fuera esas tentaciones presentadas por el tentador. El testimonio de Jesús nos invita para que podemos ser fieles a los planos de Dios y podemos vivir la santidad de Dios, porque podemos triunfar sobre la necesidad, el postrarse a los ídolos y sobre la duda que nos quiere apartar de la fidelidad y verdad de Dios. ¿Cuáles son las tentaciones para el cristiano hoy? ¿De qué falsos dioses  nos tenemos que liberar? ¿De cuáles criterios de vida nos tenemos que apartar para ser fieles a Dios? ¿Y ya desde que soy joven o adolescente, cuáles son las tentaciones que me apartarían del Señor?
 
Oración (Lo que le digo, desde mi vida, al Dios que me habla en su evangelio. Le respondo): Señor, cuando experimentaste las tentaciones nos mostraste como vencerlas, ya que las viviste realmente, porque el demonio te quería apartar de la obediencia al Padre. Por eso, nosotros los creyentes recurrimos a Ti, para que nos fortalezcas, porque el demonio también nos quiere apartar; y sabemos que las venceremos con tu ayuda puesto que eres la Palabra de Dios. Ayúdanos, para que también como Jesús depositemos nuestra confianza en Dios nuestro Padre, puesto que somos hijos, y somos confortados por el Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios. Señor, que con nuestra vida "adoremos al Señor nuestro Dios y al El sólo le sirvamos" todos los días de nuestra vida. Aparta y libera a la Iglesia de todo mal. Amen.
 
Contemplación (Hago silencio, me lleno de gozo, me dejo iluminar, adoro, alabo y tomo decisiones para actuar de acuerdo a la Palabra de Dios en mi vida ordinaria personal, familiar, social, laboral, escolar…) Este es el primero de cinco domingos en que Jesús nos invitará a la conversión reconociendo a Dios como nuestro Señor. Por eso, en esta Cuaresma, como buen discípulo-misionero del Señor estaré más cerca de la Palabra de Dios, leyéndola, meditándola. Procuraré en este tiempo conocer y vivir mejor mi vida cristiana; me comprometeré en ayudar a la comunidad cristiana y a la sociedad y a la familia; acercando a los más alejados al Señor; participaré en los ejercicios espirituales o pláticas cuaresmales; estaré dispuesto a algunas renuncias; me dispondré para confesarme y cambiar de vida; todo esto y más…; para estar dispuesto espiritualmente y llegar preparado a la Pascua y vivir como Iglesia nuestra fe.
 
"En este tiempo de Cuaresma, en el Año de la Fe, renovemos nuestro esfuerzo en el camino de conversión, para superar la tendencia de cerrarnos en nosotros mismos y para hacer, en vez de eso, espacio a Dios, mirando con sus ojos la realidad cotidiana. La alternativa entre cerrarnos a nuestro egoísmo y la apertura al amor de Dios y los demás, podríamos decir que corresponde a la alternativa de las tentaciones de Jesús: alternativa entre el poder humano y el amor de la Cruz, entre una redención vista solo en el bienestar material y una redención como obra de Dios, al que debemos dar el primado en la existencia.
Convertirse significa no cerrarse en la búsqueda del propio éxito, del propio prestigio, de la propia posición, sino hacer que cada día, en las pequeñas cosas, la verdad y la fe en Dios y el amor se conviertan en la cosa más importante", BXVI.
 
 
 
La Paz con ustedes.


jueves, 14 de febrero de 2013

lectio 1 DCuar C

1 Domingo de Cuaresma, C.
 
Iniciamos el tiempo de Cuaresma cuyo sentido es preparar la Pascua Cristiana, es decir, la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. Reflexionar sobre las tentaciones a las que es expuesto Jesús en el desierto es una invitación para cada uno de nosotros a responder a una pregunta fundamental: ¿qué cosa cuenta realmente en mi vida?
 
Texto de Lucas 4, 1-13 (Léelo serena y tranquilamente una o varias veces hasta desentrañar parte de su estructura, personajes y organización).
 
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio.
No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan". Jesús le contestó: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre".
Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: "A mi me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras". Jesús le respondió: "Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás".
Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras". Pero Jesús le respondió: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
Concluidas las tentaciones, el diablo se retiro de él, hasta que llegara la hora.
 
Lectura (Lectura de lo que dice el texto en sí mismo para entenderlo mejor): Nos presenta a Jesús que dócil al Espíritu Santo se "interna en el desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por el demonio". Nos presenta tres momentos en los que Jesús sufre la tentación. Y Jesús responde con la obediencia al Padre y la fuerza de la Palabra de Dios; así puede vencerlas. "Sí eres Hijo de Dios" le dice el demonio; y Jesús responde. "No solo de pan vive la persona"(Dt 8,3); y "adorarás al Señor tu Dios y a El sólo servirás"(Dt 6,13), le dice al demonio para que lo reconozca; y le responde: "también está escrito: no tentarás al Señor, tu Dios"(Dt 6,16), porque le decía que los ángeles le sostendrían (Sal 91, 11-12). Concluidas las tentaciones, el demonio, se retiró de él, hasta que llegara la hora.
 
Meditación (Reflexión personal y profundización sobre la palabra, lo que a mí me dice ahora en mi familia, vida y circunstancias): Todos los años al inicio de la Cuaresma la Liturgia nos propone la narración de las tentaciones de Jesús, que son una síntesis de todas las tentaciones que El sufrió a lo largo de su misión para darnos la salvación a todos. El hecho de las tentaciones de Jesús manifiesta que las vence porque estaba de manera incondicional obediente a la voluntad de Dios y conocía muy bien las Escrituras. El rechaza al demonio con la Palabra de Dios. Las tentaciones de Jesús nos muestran el misterio de su persona: es el Hijo de Dios hecho hombre. Las sufre realmente; mostrando así su incondicional obediencia y aceptando el proyecto de salvación que el Padre tiene y que el demonio con insistencia quiere apartarlo. Jesús rechaza la tentación de ser un mesías de la abundancia, del poder y del prestigio. La expresión "… hasta que llegara la hora" significa que Jesús experimentará la prueba, la hora, en el momento de su Pasión, que lo llevaría a la Muerte y vencería con su Resurrección. Después de sufrir las tentaciones y haberlas superado Jesús comienza decididamente su actividad y presentará su programa de salvación. Con todo ello, se nos muestra, así, a los cristianos, tanto de ayer como de ahora, y que aman a su Salvador, que ante la experiencia de la tentación, se sientan cercanos a El en el accidentado camino de la vida, que también conlleva el camino de la tentación. Son las tentaciones que toda persona y las comunidades cristianas experimentan porque quieren apartarlos de conseguir la salvación. Somos invitados a hacer ya desde este mundo el mundo que quiere Dios, arrojando fuera esas tentaciones presentadas por el tentador. El testimonio de Jesús nos invita para que podemos ser fieles a los planos de Dios y podemos vivir la santidad de Dios, porque podemos triunfar sobre la necesidad, el postrarse a los ídolos y sobre la duda que nos quiere apartar de la fidelidad y verdad de Dios. ¿Cuáles son las tentaciones para el cristiano hoy? ¿De qué falsos dioses  nos tenemos que liberar? ¿De cuáles criterios de vida nos tenemos que apartar para ser fieles a Dios? ¿Y ya desde que soy joven o adolescente, cuáles son las tentaciones que me apartarían del Señor?
 
Oración (Lo que le digo, desde mi vida, al Dios que me habla en su evangelio. Le respondo): Señor, cuando experimentaste las tentaciones nos mostraste como vencerlas, ya que las viviste realmente, porque el demonio te quería apartar de la obediencia al Padre. Por eso, nosotros los creyentes recurrimos a Ti, para que nos fortalezcas, porque el demonio también nos quiere apartar; y sabemos que las venceremos con tu ayuda puesto que eres la Palabra de Dios. Ayúdanos, para que también como Jesús depositemos nuestra confianza en Dios nuestro Padre, puesto que somos hijos, y somos confortados por el Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios. Señor, que con nuestra vida "adoremos al Señor nuestro Dios y al El sólo le sirvamos" todos los días de nuestra vida. Aparta y libera a la Iglesia de todo mal. Amen.
 
Contemplación (Hago silencio, me lleno de gozo, me dejo iluminar, adoro, alabo y tomo decisiones para actuar de acuerdo a la Palabra de Dios en mi vida ordinaria personal, familiar, social, laboral, escolar…) Este es el primero de cinco domingos en que Jesús nos invitará a la conversión reconociendo a Dios como nuestro Señor. Por eso, en esta Cuaresma, como buen discípulo-misionero del Señor estaré más cerca de la Palabra de Dios, leyéndola, meditándola. Procuraré en este tiempo conocer y vivir mejor mi vida cristiana; me comprometeré en ayudar a la comunidad cristiana y a la sociedad y a la familia; acercando a los más alejados al Señor; participaré en los ejercicios espirituales o pláticas cuaresmales; estaré dispuesto a algunas renuncias; me dispondré para confesarme y cambiar de vida; todo esto y más…; para estar dispuesto espiritualmente y llegar preparado a la Pascua y vivir como Iglesia nuestra fe.
 
"En este tiempo de Cuaresma, en el Año de la Fe, renovemos nuestro esfuerzo en el camino de conversión, para superar la tendencia de cerrarnos en nosotros mismos y para hacer, en vez de eso, espacio a Dios, mirando con sus ojos la realidad cotidiana. La alternativa entre cerrarnos a nuestro egoísmo y la apertura al amor de Dios y los demás, podríamos decir que corresponde a la alternativa de las tentaciones de Jesús: alternativa entre el poder humano y el amor de la Cruz, entre una redención vista solo en el bienestar material y una redención como obra de Dios, al que debemos dar el primado en la existencia.
Convertirse significa no cerrarse en la búsqueda del propio éxito, del propio prestigio, de la propia posición, sino hacer que cada día, en las pequeñas cosas, la verdad y la fe en Dios y el amor se conviertan en la cosa más importante", BXVI.
 
 
 
La Paz con ustedes.

lunes, 11 de febrero de 2013

lectio 5 DOrd C

5 Domingo Ordinario, C.
 
Texto Lucas 5,1-11
En aquel tiempo, Jesús estaba a la orilla del lago de Genesaret y la gente se agolpaba en torno suyo para oír la Palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le pidió que la alejara un poco de tierra, y sentado en la barca, enseñaba a la multitud.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Lleva la barca mar adentro y echen sus redes para pescar". Simón replicó: "Maestro hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra, echaré las redes". Así lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Vinieron ellos y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús, y le dijo: -"¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!". Porque tanto él como sus compañeros estaban llenos de asombro al ver la pesca que habían conseguido. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Entonces Jesús le dijo a Simón: -"No temas: desde ahora serás pescador de hombres". Luego llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
(Léelo serena y tranquilamente una o varias veces hasta desentrañar parte de su estructura, personajes y organización).
 
Lectura (Lectura de lo que dice el texto en si mismo para entenderlo mejor): La escena de este relato del Evangelio según san Lucas narra como Jesús se manifiesta a los pescadores del lago de Genesaret y narra la vocación de los primeros discípulos a orillas del lago de Genesaret. Era tanta la gente que Jesús se sube a la barca de Simón y desde allí enseñaba a la multitud. Cuando acabó de hablar dijo a Simón: "lleva la barca mar adentro (Duc in altum) para pescar". Y Simón confiando en la palabra de Jesús echa las redes, después de haberle aclarado que ellos habían pasado toda la noche y que no habían pescado nada. Así pues, cogieron tal cantidad de peces que pidieron ayuda a sus compañeros. Después de este hecho Simón se reconoce pecador y los demás estaban admirados, lo mismo que Santiago y Juan. Y Jesús le dice a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y dejándolo todo lo siguieron". Sobresale el hecho de mencionar a Simón Pedro por su nombre. Se hace ver la fe y confianza de Pedro con una frase central de este relato: "Pero, confiado en tu palabra, echaré las redes"; el que al principio estaba un poco escéptico y concluye completamente creyente y seguidor del Señor, quien lo llamó a ser pescador de todas las gentes.
 
Meditación (Reflexión personal y profundización sobre la palabra, lo que a mí me dice ahora en mi familia, vida y circunstancias): Aquí nos hace meditar dos hechos: la invitación a seguir a Jesús y la manifestación del Señor por la pesca maravillosa. Esa invitación de Jesús nos hace reflexionar la fuerza de su Palabra y la fascinación que ejercía la persona de Jesús, "dejándolo todo lo siguieron"; pues bien, ese seguimiento de Jesús nos lo presenta san Lucas y lo refuerza por el hecho de la pesca abundante  que deja admirados tanto a Simón, como a Santiago, a Juan y a sus compañeros. La pesca maravillosa es un tema eclesiológico, mientras que la invitación a seguirlo es un tema cristológico: es decir, el anuncio del Evangelio a toda criatura y el ser cautivados por Jesús y ser capaz de dejar, afrontar y arriesgar todo por seguir a Jesús. También lo podemos actualizar con la invitación para este milenio hecho por el papa Juan Pablo II, de feliz memoria: "lleva la barca mar adentro "duc in altum"…; es decir, lanzarse, arriesgarse delante de la invitación del Señor Jesús. Porque seguirlo es lanzarse a ser santas, santos en medio de nuestra sociedad. Jesús levantó a esos discípulos y les indicó una misión; es decir, es la llamada a todos de asumir sus responsabilidades; necesita gente capaz de convertirse para salvar a los demás.
 
Un Dios necesitando de las personas. En la historia de la salvación aparece claro que Dios ha querido salvar a las personas por medio de otras personas. El único Salvador es Dios, pero de las gentes son sus manos para distribuir a Jesús a todos, son sus labios para predicarlo en las miles de lenguas de nuestro planeta, son sus pies para llevarlo a todos los rincones de la tierra, sobre todo allí donde todavía no lo conocen, aunque lo anhelen vivamente. ¡Es un gesto imponente de la condescendencia de Dios para con la humanidad, de su infinito amor hasta rebajarse a ser mendigo de las gentes! Dios mendiga de tí, sacerdote o laico, religioso o voluntario, tu ayuda. Mendiga de tí, joven, tu juventud para ofrecer su salvación a los jóvenes del mundo, y quizás no sólo tu juventud, sino toda tu vida para salvar a las gentes, para liberarlas de sí mismas, para ennoblecer su vida de hijo de Dios. Mendiga de tí, adulto, tu adultez, en el estado de vida en que te halles, para que colabores con Él en la salvación de ti mismo, en la salvación de quienes viven en tu entorno familiar, profesional, social, cultural. Mendiga de tí, jubilado, anciano, o enfermo, tu tiempo, tu experiencia humana y espiritual, tu sabiduría de la vida, para que la transmitas a los demás, para que contribuyas a construir un mundo más humano y más cristiano. ¿Escucharemos las gentes el grito de Dios que pide nuestra ayuda?
Libertad de Dios, disponibilidad de las personas. Dios apela libremente a personas dotadas de libertad, una libertad que Él nos ha dado al crearnos y que debemos ejercitar para ser idénticos, para ser verdaderamente hombres y mujeres. Dios no nos fuerza, ni lo hará jamás, a ser y comportarse como tal. Las personas pueden usar su libertad para degradarse como las bestias, para renegar del mismo Dios que le dio la vida, para construir su existencia no sobre el egoísmo, ni para vivir sin esperanza. Esos tales no están disponibles ante la libertad de Dios. Dios quiere que se realice como persona, que se haga persona, y si no está disponible, prefiere renegar a su ser. Dios se le propone como Señor de su vida, y no está disponible, anhela más bien ser su propio "dueño y señor". Dios le llama a construir su existencia y su felicidad sobre la entrega, la donación de sí, pero si no está disponible, si no tiene oídos sino sólo para las sirenas encantadoras de su ego, que le atraen y sofocan en él toda generosidad por los demás, toda humana fraternidad. Dios quiere infundirle una esperanza de eternidad, de victoria de la vida sobre la muerte, y tampoco está disponible, está tan apegado al tiempo y a la materia, que hasta considera impensable la eternidad, un más allá del tiempo, una vida feliz con Dios y con los hijos de Dios en el cielo. ¿Qué puede hacer para estar siempre disponible para Dios, para que también otros estén igualmente disponibles?
 
Oración (Lo que le digo, desde mi vida, al Dios que me habla en su Evangelio. Le respondo): Señor, tu Palabra nos dice cómo la gente se agolpaba en torno tuyo para oírte y como estabas siempre disponible para los demás, cómo "enseñabas a la multitud". Invitaste a Simón y a sus compañeros: "lleva la barca mar a dentro y echen las redes para pescar", y para que confiaran en Ti: "no temas; desde ahora serás pescador de hombres". Y ellos se decidieron por Ti; "luego llevaron las barcas a tierra y dejándolo todo, lo siguieron". Señor, que sepamos experimentar lo maravilloso que es seguirte, contemplar tus maravillas, como esa pesca maravillosa, y que nos lancemos para seguirte; porque cuantas veces nos fatigamos toda la noche inútilmente porque nunca te hemos hecho presente. Señor que te sigamos, sepamos confiar en Ti y que llevemos tu Vida a las demás gentes.
 
Contemplación (Hago silencio, me lleno de gozo, me dejo iluminar, adoro y alabo, y tomo la decisión para actuar de acuerdo a la Palabra de Dios en mi vida personal ordinaria, familiar, social, laboral, escolar…)
 
Me da gusto saludarles y el Señor les bendiga.
 
 
 
La Paz con ustedes.


jueves, 7 de febrero de 2013

lectio 5 DOrd C

5 Domingo Ordinario, C.
 
Texto Lucas 5,1-11
En aquel tiempo, Jesús estaba a la orilla del lago de Genesaret y la gente se agolpaba en torno suyo para oír la Palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le pidió que la alejara un poco de tierra, y sentado en la barca, enseñaba a la multitud.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Lleva la barca mar adentro y echen sus redes para pescar". Simón replicó: "Maestro hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra, echaré las redes". Así lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Vinieron ellos y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús, y le dijo: -"¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!". Porque tanto él como sus compañeros estaban llenos de asombro al ver la pesca que habían conseguido. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Entonces Jesús le dijo a Simón: -"No temas: desde ahora serás pescador de hombres". Luego llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
(Léelo serena y tranquilamente una o varias veces hasta desentrañar parte de su estructura, personajes y organización).
 
Lectura (Lectura de lo que dice el texto en si mismo para entenderlo mejor): La escena de este relato del Evangelio según san Lucas narra como Jesús se manifiesta a los pescadores del lago de Genesaret y narra la vocación de los primeros discípulos a orillas del lago de Genesaret. Era tanta la gente que Jesús se sube a la barca de Simón y desde allí enseñaba a la multitud. Cuando acabó de hablar dijo a Simón: "lleva la barca mar adentro (Duc in altum) para pescar". Y Simón confiando en la palabra de Jesús echa las redes, después de haberle aclarado que ellos habían pasado toda la noche y que no habían pescado nada. Así pues, cogieron tal cantidad de peces que pidieron ayuda a sus compañeros. Después de este hecho Simón se reconoce pecador y los demás estaban admirados, lo mismo que Santiago y Juan. Y Jesús le dice a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y dejándolo todo lo siguieron". Sobresale el hecho de mencionar a Simón Pedro por su nombre. Se hace ver la fe y confianza de Pedro con una frase central de este relato: "Pero, confiado en tu palabra, echaré las redes"; el que al principio estaba un poco escéptico y concluye completamente creyente y seguidor del Señor, quien lo llamó a ser pescador de todas las gentes.
 
Meditación (Reflexión personal y profundización sobre la palabra, lo que a mí me dice ahora en mi familia, vida y circunstancias): Aquí nos hace meditar dos hechos: la invitación a seguir a Jesús y la manifestación del Señor por la pesca maravillosa. Esa invitación de Jesús nos hace reflexionar la fuerza de su Palabra y la fascinación que ejercía la persona de Jesús, "dejándolo todo lo siguieron"; pues bien, ese seguimiento de Jesús nos lo presenta san Lucas y lo refuerza por el hecho de la pesca abundante  que deja admirados tanto a Simón, como a Santiago, a Juan y a sus compañeros. La pesca maravillosa es un tema eclesiológico, mientras que la invitación a seguirlo es un tema cristológico: es decir, el anuncio del Evangelio a toda criatura y el ser cautivados por Jesús y ser capaz de dejar, afrontar y arriesgar todo por seguir a Jesús. También lo podemos actualizar con la invitación para este milenio hecho por el papa Juan Pablo II, de feliz memoria: "lleva la barca mar adentro "duc in altum"…; es decir, lanzarse, arriesgarse delante de la invitación del Señor Jesús. Porque seguirlo es lanzarse a ser santas, santos en medio de nuestra sociedad. Jesús levantó a esos discípulos y les indicó una misión; es decir, es la llamada a todos de asumir sus responsabilidades; necesita gente capaz de convertirse para salvar a los demás.
 
Un Dios necesitando de las personas. En la historia de la salvación aparece claro que Dios ha querido salvar a las personas por medio de otras personas. El único Salvador es Dios, pero de las gentes son sus manos para distribuir a Jesús a todos, son sus labios para predicarlo en las miles de lenguas de nuestro planeta, son sus pies para llevarlo a todos los rincones de la tierra, sobre todo allí donde todavía no lo conocen, aunque lo anhelen vivamente. ¡Es un gesto imponente de la condescendencia de Dios para con la humanidad, de su infinito amor hasta rebajarse a ser mendigo de las gentes! Dios mendiga de tí, sacerdote o laico, religioso o voluntario, tu ayuda. Mendiga de tí, joven, tu juventud para ofrecer su salvación a los jóvenes del mundo, y quizás no sólo tu juventud, sino toda tu vida para salvar a las gentes, para liberarlas de sí mismas, para ennoblecer su vida de hijo de Dios. Mendiga de tí, adulto, tu adultez, en el estado de vida en que te halles, para que colabores con Él en la salvación de ti mismo, en la salvación de quienes viven en tu entorno familiar, profesional, social, cultural. Mendiga de tí, jubilado, anciano, o enfermo, tu tiempo, tu experiencia humana y espiritual, tu sabiduría de la vida, para que la transmitas a los demás, para que contribuyas a construir un mundo más humano y más cristiano. ¿Escucharemos las gentes el grito de Dios que pide nuestra ayuda?
Libertad de Dios, disponibilidad de las personas. Dios apela libremente a personas dotadas de libertad, una libertad que Él nos ha dado al crearnos y que debemos ejercitar para ser idénticos, para ser verdaderamente hombres y mujeres. Dios no nos fuerza, ni lo hará jamás, a ser y comportarse como tal. Las personas pueden usar su libertad para degradarse como las bestias, para renegar del mismo Dios que le dio la vida, para construir su existencia no sobre el egoísmo, ni para vivir sin esperanza. Esos tales no están disponibles ante la libertad de Dios. Dios quiere que se realice como persona, que se haga persona, y si no está disponible, prefiere renegar a su ser. Dios se le propone como Señor de su vida, y no está disponible, anhela más bien ser su propio "dueño y señor". Dios le llama a construir su existencia y su felicidad sobre la entrega, la donación de sí, pero si no está disponible, si no tiene oídos sino sólo para las sirenas encantadoras de su ego, que le atraen y sofocan en él toda generosidad por los demás, toda humana fraternidad. Dios quiere infundirle una esperanza de eternidad, de victoria de la vida sobre la muerte, y tampoco está disponible, está tan apegado al tiempo y a la materia, que hasta considera impensable la eternidad, un más allá del tiempo, una vida feliz con Dios y con los hijos de Dios en el cielo. ¿Qué puede hacer para estar siempre disponible para Dios, para que también otros estén igualmente disponibles?
 
Oración (Lo que le digo, desde mi vida, al Dios que me habla en su Evangelio. Le respondo): Señor, tu Palabra nos dice cómo la gente se agolpaba en torno tuyo para oírte y como estabas siempre disponible para los demás, cómo "enseñabas a la multitud". Invitaste a Simón y a sus compañeros: "lleva la barca mar a dentro y echen las redes para pescar", y para que confiaran en Ti: "no temas; desde ahora serás pescador de hombres". Y ellos se decidieron por Ti; "luego llevaron las barcas a tierra y dejándolo todo, lo siguieron". Señor, que sepamos experimentar lo maravilloso que es seguirte, contemplar tus maravillas, como esa pesca maravillosa, y que nos lancemos para seguirte; porque cuantas veces nos fatigamos toda la noche inútilmente porque nunca te hemos hecho presente. Señor que te sigamos, sepamos confiar en Ti y que llevemos tu Vida a las demás gentes.
 
Contemplación (Hago silencio, me lleno de gozo, me dejo iluminar, adoro y alabo, y tomo la decisión para actuar de acuerdo a la Palabra de Dios en mi vida personal ordinaria, familiar, social, laboral, escolar…)
 
Me da gusto saludarles y el Señor les bendiga.
 
 
 
La Paz con ustedes.