miércoles, 26 de noviembre de 2014

lectio 1 DAdv B

1 Domingo de Adviento, B.
 
Lectura Orante de la Palabra de Dios del Evangelio de San Marcos 13, 33-37
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento. Así como un hombre que se va de viaje, deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer y encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes, pues no saben a qué hora va a regresar el dueño de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la madrugada. No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo. Lo que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta".
Palabra de Dios.
Gloria a ti, Señor Jesús.
 
LECTIO: Estamos iniciando el calendario "litúrgico", el ciclo "B", con el tiempo de Adviento y el motivo fuerte y profundo se refiere a la "pronta venida de Cristo". En el contexto de ésta venida, el cristiano vive su propio camino. Las lecturas bíblicas de este tiempo proponen los lineamientos del camino del cristiano que espera encontrarse con su Señor.
El evangelio de este domingo es una pequeña parábola que habla de la venida del dueño de la casa. Por lo mismo, el "dueño" ("dueño" = "Señor"), viene al encuentro de sus siervos mientras ellos están ocupados a su servicio y en un tiempo que se señala durante la "noche". Hay un mandato que es el de "vigilar" y viene motivado por Jesús así: "No sabéis a qué hora será el momento preciso", es decir, "el día y la hora", del regreso de su Señor. Estas palabras parecen unir la necesidad de la vigilancia con la ignorancia del tiempo en el cual el Señor vendrá al encuentro de sus siervos. Tal motivación se confirma con la imagen del ladrón, lo imprevisible y lo clandestino. El dueño de la casa motiva a los siervos en la necesidad de una vigilancia continua, ininterrumpida, incansable. Para los siervos que se mantienen despiertos, el Señor no llega inesperadamente porque "lo están esperando", siempre están atentos para abrirle la puerta mientras llega y toca. Estos tales, son declarados "Bienaventurados", justamente porque están "despiertos" y "prontos".
 
MEDITATIO: Vigilar es sobre todo, estar atento y en tensión para captar "al que está por llegar", para sentir casi en anticipo sus pasos, para anticipar el abrazo y el "apretarse a él", cuando su rostro se aclara y no se esconde más. "Vigilar" será entonces una actitud orientada hacia el encuentro esperado. Todavía más, es estar esperando lo inesperado, no se sabe en qué hora llegue ni cuál es la forma en que llegue. Existe por lo tanto el riesgo de la rutina de una administración cansada de lo que se nos ha dejado administrar. Es necesario recuperar la dimensión de la espera tan viva y fuerte en los profetas y en los apóstoles; y tan pérdida en nuestro tiempo. El mejor medio para conocer a Dios es buscarle e ir a su encuentro; es aquel de no tenerlo, sino desearlo con ardiente sed, andar buscándolo, hurgando en los signos y en los sonidos su voz  e "ir a su encuentro".
 
ORATIO: Padre Bueno, que nos invitas a estar en espera, al acecho de tu venida y en actitud de vigilancia. Porque nos has llamado a cuidar y administrar tus bienes y nos has comprometido en el trabajo que Tú quieres que hagamos mientras Tú regresas.
Te suplicamos que nos enseñes a administrar lo que es tuyo; pero más importante que nos enseñes a vivir con actitud creativa la vigilancia y con sed ardiente tu espera, porque vas a llegar en el momento más inesperado y nos quieres disponibles y rindiéndote cuentas de lo  que te pertenece.
Te pedimos, Señor, que enseñándonos a esperar al Esperado.
           
CONTEMPLATIO: Piensa y reflexiona en qué forma puedes poner en práctica esta Palabra de Dios en tu vida, en un hecho concreto de tu vida. ¿Con qué actitud esperarías Tú a Dios en tu vida?  
En medio de tantas insinuaciones comerciales, permanezcamos atentos y vigilantes en el Señor.
- "En esta Navidad, Cristo puede tener un lugar en nuestra familia, en nuestra casa".
¿Podrá contar con un lugar en nuestro corazón?
¿Estamos dispuestos a remover todo lo que no deja espacio para Él?
¿Qué está impidiendo nuestro camino hacia Dios que viene?
                                                    
 
 
 
La Paz con ustedes.

martes, 18 de noviembre de 2014

Lectio CRISTO REY

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO, A.
 
Con este Domingo, fiesta de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, concluye el año litúrgico; en el que hemos venido haciendo memoria de cuanto Dios ha hecho por nosotros y pudimos por ello sentirnos con El agradecidos. Tenemos buenos motivos para festejar el reinado de Cristo, que comenzó cuando venció la muerte, resucitando. Pero nuestra alegría sería inútil como nuestras esperanzas también, si no nos preguntáramos si, de verdad, queremos pertenecer a ese Reino.
Hoy nuestra celebración nos tiene que llevar a reconocer que Dios ha estado con nosotros durante este año, sin olvidar, como nos dice la Palabra de Dios que aún debemos responder ante El por tanta bondad ya recibida. Aceptar a Cristo como nuestra Rey nos obliga hoy a vivir ya sometidos a su voluntad; esperar su Reino como nuestra herencia nos impone el cumplimiento de lo que Él quiere de nosotros.
 
Lectura Orante de la Palabra de Dios del Evangelio es de San Mateo 25, 31-46.
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme'. Los justos le contestarán entonces: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?' Y el rey les dirá: 'Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron'.
Entonces dirá también a los de la izquierda: 'Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron'.
Entonces ellos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?' Y él les replicará: 'Yo les aseguro que cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo'. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
 
LECTURA,  Encontramos a Jesús y sus discípulos en el largo discurso, sobre el juicio final, que es exclusivo de san Mateo. Describe ese juicio de manera gráfica y popular; como rey y juez rodeado de gloria, acompañado de todos sus ángeles para dictar sentencia; y es el pastor que separa las ovejas de los cabritos. Es en ese momento del juicio, que se tiene una separación radical entre buenos y malos, entre los que entran y los apartados y puestos fuera, que se encontraban a la derecha o a la izquierda. Con la imagen del Rey Pastor, Mateo recuerda a su comunidad que el porvenir de Dios va antecedido por su juicio de Señor. El escenario es grandioso: la sentencia será definitiva. Significativo es la semejanza con que están construidas las dos escenas del juicio: tanto los buenos como los malos se condenan por lo que hicieron u omitieron. Además la advertencia es realmente grave, los dos grupos no se daban cuenta a quien estaban haciendo el bien, ni mucho menos, a quien se lo negaban.
Es necesario tener en cuenta el criterio de que se sirve el juez para pronunciar sentencia: es la preocupación efectiva de cada persona por los pobres y necesitados. El texto nos presenta e identifica a los necesitados con el mismo Señor Jesús. Y nos presenta ejemplos concretos en dónde se han encontrado a Jesús: en el hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo y encarcelado, porque le dieron de comer, le dieron de beber, lo hospedaron, lo vistieron, lo visitaron o lo fueron a ver. "Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo". Termina diciendo: "Entonces irán estos al castigo eterno y los justos a la vida eterna".
 
MEDITACION, Este relato, el del Juicio Final, nos ayuda a meditar en el Señor Jesús, quien aparece como Rey, juzgando. Y nos hace reflexionar en ese momento. Cómo y qué se hizo en el Reino, durante la propia existencia. Nos hace reflexionar en la Vida Eterna y en el Castigo Eterno. En el "vengan benditos de mi Padre, tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo" O en el: "apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles", porque no se preocuparon de hacer el bien a los más insignificantes o por lo que dejaron de hacer a los más insignificantes. Jesús mismo se lo advirtió a sus discípulos. Con la imagen del Pastor que dispone con libertad absoluta de su rebaño y nos advierte cómo piensa ser rey: llegará el día en que "separará unos de otros, como el pastor separa ovejas de cabritos". Quizá no nos estemos dando cuenta de lo mucho que arriesgamos: el rechazo de Dios puede ser nuestro porvenir. Nos conviene tomar en serio lo que nos estamos jugando. Jesús ha querido adelantarnos los criterios que van a guiar su juicio: y es sorprendente que no se nos vaya a preguntar si hemos amado mucho, o siempre, a Dios; si hemos seguido a Cristo o hemos vuelto a Él siempre que lo dejamos; lo que sí nos preguntará, si nos hemos interesado por los más pequeños de sus hermanos;  por aquellos que han necesitado de nuestra ayuda. No seremos juzgados por los buenos sentimientos que tenemos en el corazón ni por los buenos propósitos que hicimos; solamente lo que hayamos hecho a uno de esos hermanos más pequeños nos salvará; o seremos condenados por no haber hecho nada. No son obras extraordinarios las que decidirán si Dios es nuestro porvenir; porque dar agua al sediento, vestido al desnudo, visitar al enfermo lo mismo que al encarcelado. Y sin embargo, su sola práctica nos hará ciudadanos del Reino. Salvación o condena, Dios o su ausencia total, dependen de nuestra misericordia que supimos hacer.
 
 
ORACION, Señor nos has hablado con tu Palabra y nos dices que serán dichosos para siempre aquellos o aquellas que han hecho el bien, a los más insignificantes, aún sin saber que te lo hacían a Ti, porque se encontrarán con un Juez que los hará entrar a la Vida Eterna. También, es bueno saber, aunque suene dura tu Palabra,  que lo que no hicimos a los más insignificantes, te lo hemos dejamos de hacer a Ti, Señor. ¿Cuándo, Señor, te vimos? Ser misericordioso, hoy, con quien nos necesite, hoy, será nuestra salvación el día del juicio. Lo que hagamos a uno de los más pequeños e insignificantes, Dios lo considera  hecho a sí mismo. Te pedimos que nos concedas la gracia  de ser siempre sensibles al hermano o a la hermana que tiene necesidad. Señor, justo juez, si vinieras a juzgarme hoy, ¿qué cuentas te presentaría?
 
CONTEMPLACION, (Hago silencio, me lleno de gozo, me dejo iluminar, adoro y alabo, y tomo decisiones para actuar de acuerdo a la Palabra de Dios en mi vida ordinaria personal, familiar, social, laboral, escolar…)
¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La Paz con ustedes.

martes, 11 de noviembre de 2014

lectio 33 DOrd A

 

33 Domingo Ordinario, A  

 
Lectura Orante de la Palabra de Dios del Evangelio de San Mateo 25, 14-30
 
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió
En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. "Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado." "Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor."
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: "Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado." "Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor."
Llegó luego el que había recibido un solo talento. "Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!" Pero el señor le respondió: "Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses.
Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes."»
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
 
Lectura (Lectio): fíjate bien en lo que dice el texto, lee atentamente, saca sus personajes, su ubicación, su relación y el mensaje central
 
El Evangelio con el lenguaje de las parábolas habla del Señor que dejando a sus empleados al cuidado de sus bienes partió repartiéndoles sus propiedades en forma de talentos, según las capacidades de cada siervo y después regresando quiso ajustar cuentas sobre la administración y la responsabilidad de lo encomendado.
(El talento era una unidad contable que equivalía a unos cincuenta kilos de plata, y se empleaba para medir grandes cantidades de dinero. Era equivalente a unos seis mil denarios, y un denario aparece en el Evangelio como el jornal de un trabajador del campo)
Aún el siervo que recibió menos bienes (un talento) obtuvo del Señor una cantidad de dinero muy grande.
El relato recorriendo la primera parte narra la repartición de los talentos según sus capacidades y a la responsabilidad personal y en la segunda parte el cómo los aprovecharon; para luego detenerse en el hombre que recibió un denario; y es explícito en describir el procedimiento que utiliza para no perder el denario que se le había encomendado y más su forma de razonamiento que utiliza para llegar a la sentencia final que muestra la dureza del dueño Este siervo escondió el talento que le había sido confiado: Siervo malo y perezoso le llama su Señor. Este siervo no supo esperar a su Señor y no sirvió a su Señor por falta de amor.

Meditación (Meditatio): fíjate en lo que te dice el texto y aplícalo a la vida ordinaria.
La parábola es un homenaje a la responsabilidad activa y a la libertad humana. Una llamada al trabajo, a la creatividad, al riesgo, a la valentía en la vida de cada día. Lo que se exige es siempre poco en comparación con lo que se recibe.
El hombre no es dueño, sino administradores de unos bienes recibidos y encomendados de los que ha de dar cuenta. El Evangelio señala que la vida en la tierra es un tiempo para administrar la herencia del Señor, y así ganar el Cielo. Está muy claro en la parábola: Los siervos somos nosotros; los talentos son las condiciones con que Dios ha dotado a cada uno; el tiempo que dura el viaje del amo es la vida; el regreso inesperado es la muerte; la rendición de cuentas, el juicio; entrar al banquete, el Cielo.
Por lo tanto Dios encomienda a todos una misión, da unos talentos desmedidos y espera una respuesta productiva que exprese la actitud creativa de la persona.
Sin embargo uno de los siervos temeroso de su Señor primero, y llamado malo y perezoso después, esconde el talento que le había sido confiado. Este siervo ofende e indigna a su Señor por su falta de amor. Y es que lo contrario de la pereza es precisamente la diligencia, que significa amar. El amor da alas para servir a la persona amada. El Señor condena al que no desarrolla los dones que Él les dio y los emplea en su propio servicio, en vez de servir a Dios y a sus hermanos los hombres.
Los talentos no son tanto los dones naturales sino de los que Jesús habla para nosotros cristianos de hoy son la Palabra de Dios, la fe, los sacramentos, la construcción del Reino. Nos obliga a preguntarnos: ¿qué uso estamos haciendo de estos talentos? ¿Nos parecemos al siervo que los hace fructificar o al que los entierra? Para algunos el propio bautismo es verdaderamente un talento enterrado. Es compararlo a un paquete "regalo" que uno ha recibido por Navidad y que ha sido olvidado en un rincón, sin haberlo nunca abierto ni gozado. Los frutos de los talentos naturales acaban con nosotros; los frutos de los talentos espirituales nos siguen a la vida eterna y un día nos valdrán la aprobación del Juez divino: "Bien, siervo bueno y fiel, has sido fiel en lo poco, te daré autoridad sobre lo mucho: toma parte en el gozo de tu Señor".   
Para Jesús tener miedo equivale a no tener fe. La fe no es algo que se encierra, es vida que se expresa en amor y entrega a los demás.

Oración (Oratio): fíjate ahora en lo que tú le dices a Dios desde la vida iluminada por el texto, después de escuchar a Dios, háblale.
Somos invitados a hacer oración desde una reflexión de Madre Teresa de Calcuta donde nos presenta el modo en que ella hizo fructificar los dones que Dios le dio para hacer presente a Dios y su Reino. "Si las personas son irrazonables, inconsecuentes y egoístas aun así, ámalas de cualquier manera. Si haces el bien, te acusarán de tener oscuros 
motivos egoístas: aun así, haz el bien de cualquier manera. Si tienes éxitos y te ganas falsos  amigos y enemigos verdaderos: aun así, lucha de cualquier manera. El bien que hagas hoy, será olvidado mañana: aun así, haz el bien de cualquier manera. La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerable: aun así, sé sincero y franco de cualquier manera. Lo que has tardado años en construir puede ser destruido en una noche: aun así, construye de cualquier manera. Alguien que necesita tu ayuda puede retrasarte si le ayudas: aun así, ayúdale de cualquier manera. Da al mundo lo mejor que tienes y a 
pesar de ello te golpearán: aun así, da al mundo lo mejor que tienes de cualquier 
manera. Dios conoce nuestras debilidades: aun así, nos ama de cualquier manera. El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz".

Contemplación (Contemplatio): haz silencio, adora, alaba y bendice a Dios por haberte hablado, déjate llenar de su paz y lleva su palabra a tu vida con un buen propósito.
Estamos terminando el Año Litúrgico y se nos invita a contemplar y reflexionar y la Palabra nos ilumina sobre lo que el Señor nos ha concedido y qué y cómo lo estamos viviendo. ¿Qué miedos me impiden multiplicar los talentos que he recibido? Examinemos cómo aprovechamos el tiempo, la puntualidad y el orden; si dedicamos la atención debida a los deberes familiares; si procuramos extender el Reino de Cristo en las almas y en la sociedad con los talentos recibidos.


 
 
 
La Paz con ustedes.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

lectio DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN

 
DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN.                       9 Noviembre 2014.
Esta fiesta nos hace ver el significado y el valor del templo en la vida religiosa del Pueblo de Dios y sobre la función cultual de nuestras iglesias catedrales y parroquiales.
En el año 324 fue erigida la primera basílica (casa del rey) por el emperador Constantino en el palacio de Letrán. Inicialmente sólo era una fiesta para la ciudad de Roma y desde el año 1565 se extendió a todas las iglesias.
La Archibasílica de San Juan de Letrán o San Giovanni in Laterano es la Catedral de Roma, donde se encuentra la sede episcopal del Obispo de Roma (el Papa). Está dedicada a Cristo Salvador, sin embargo es más conocida con el nombre de san Juan de Letrán porque tanto Juan Evangelista como Juan Bautista indicaron al Salvador.

El nombre oficial es Archibasilica Sanctissimi Salvatoris, es la más antigua y la de rango más alto entre las cuatro basílicas mayores o papales de Roma, y tiene el título honorífico de "Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput" (madre y cabeza de toda las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la tierra), por ser la sede episcopal del primado de todos los obispos, el Papa. Fue consagrada por el Papa San Silvestre I.
Lectura Orante de la Palabra de Dios del Evangelio de San Juan 2, 13-22.
Cuando se acercaba la Pascua de los Judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre".
En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.
Después intervinieron los judíos para preguntarle: "¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?". Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré". Replicaron los judíos: "Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?"
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Lectura:
Este relato los discípulos lo entendieron mejor ya después de la resurrección del Señor y recordaron lo sucedido. Nos presenta este texto cuando Jesús llega a Jerusalén por motivo de la Pascua, y se acercó al Templo. Primero nos hace ver la situación de cómo lo encontró;  segundo, la actitud de Jesús y su reacción, al contemplar cómo habían transformado la Casa de su Padre; en tercer lugar, el pensamiento de los judíos  en relación al significado del Templo; y finalmente para los discípulos qué significado tuvo este hecho de la vida del Señor ya Resucitado.
Meditación.
Esta acción de Jesús nos hace ver que el Templo es la Casa de Dios, Padre Nuestro.  Está anunciando una nueva víctima: a El mismo y no ya los animales destinados al sacrificio; y, sobretodo, Jesús con su Resurrección nos ha indicado cómo es ahora nuestra relación con el Padre y entre los discípulos  Así como Jesús tiene un gran amor por la casa del Padre, lo recordaron los discípulos, también nosotros: El celo de tu casa me devora.
Y esto nos lleva a meditar, a amar, a tener ese celo o pasión, por el lugar donde estamos reunidos cuando celebramos la Eucaristía, ¡cuántas cosas importantes han pasado! Seguramente que muchos han sido bautizados en este templo, y han iniciado así su camino cristiano. Muchos también han recibido aquí la primera comunión y desde aquella primera vez han continuado participando cada domingo en la Misa. También han recibido aquí la confirmación, o han celebrado su matrimonio. Y más de una vez han venido a decir el último adiós, y a rezar, por algún pariente o amigo difunto. O han entrado aquí a rezar ante el sagrario. Este templo es una señal visible de todo esto y todas las iglesias nos recuerdan que Dios está presente en medio de su Pueblo.

 Todos nosotros hemos sido consagrados "templo de Dios" el día de nuestro bautismo. Por esa razón todo hombre y mujer merece respeto, estimación, valoración. "Si alguno destruye el templo de Dios, Él lo destruirá porque el templo de Dios es santo: ese templo son ustedes".

Cada hombre y cada mujer son sagrados. No podemos convertir a nuestro hermano en esclavo o servidor nuestro, en alguien a quien no sabemos perdonar, comprender, ayudar. Nadie es un instrumento, un productor o un objeto de placer para nosotros. Cada hombre y cada mujer, sea barrendero o artista de cine, sea gobernante o un obrero sin trabajo, sea viejo o niño, sea un ejecutivo triunfante o un minusválido, sea una mujer llena de belleza o una mujer fea, sea un policía o un terrorista, todos son "sagrados", son templo de Dios. Merecedores de todo amor, de todo respeto, de toda comprensión.

Que la Eucaristía de hoy nos haga vivir más intensamente los cimientos de nuestra fe. Que siempre que entremos en esta iglesia, o en cualquier otra iglesia, o siempre que pasemos por delante de la misma, se renueven estos cimientos. Sobre todo debemos dar frutos en el cumplimiento de los mandamientos, especialmente del mandamiento "nuevo" de la caridad que es el cimiento que sostiene a la Iglesia fundada por Cristo.
Oración.
Señor ¿Por qué razón nosotros los cristianos debemos ir al templo los Domingos? Porque es el día de la Resurrección del Señor. Jesús no nos salva separadamente; Él ha venido para formar un Pueblo, una comunidad de personas, para que vivamos en comunión con Él y entre los hermanos; es decir, siendo Iglesia. Este lugar, el templo, nos invita constantemente, cuando escuchamos las campanas o vemos las torres de nuestras iglesias, y somos llamados, convocados a ir, porque es el lugar privilegiado para encontrarnos contigo y con los demás, y ser así Comunidad, Iglesia: lugar donde escuchamos tu Palabra y donde celebramos el memorial de la muerte y resurrección del Señor. Y recibimos la Eucaristía para poder llegar un día contigo. Ayúdanos a saber valorizar cada vez más nuestra fe en el Señor resucitado. Amén.
Contemplación:
¿Cada cuándo vamos a la Iglesia o Templo? ¿Hay algo que podamos mejorar al respecto? Durante este mes invita a algunas personas a ir a la Iglesia a orar un momento. Puede ser tu familia o alguno de tus amigos.
 
La Paz con ustedes.