jueves, 26 de marzo de 2015

lectio DOMINGO DE RAMOS

Evangelio del Domingo de Ramos "De la Pasión del Señor"
Algunas aclaraciones de tipo litúrgico y práctico previo para meditar y vivir el evangelio:
1. Con la celebración del último domingo de cuaresma llamado de palmas "de Ramos" de la Pasión del Señor comenzamos la semana "mayor" o semana santa en la que recordamos y entramos para participar en el centro y fundamento de nuestra fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús. No en todas las misas se hace el recuerdo con una procesión larga y solemne, pero en todas se hace memoria del hecho y se bendicen ramos y palmas y se lee la pasión, por esto el color litúrgico es rojo. Se trata del reconocimiento anticipado del triunfo de Cristo.
2. Lo primero que se proclamó, gritó y escribió de los evangelios fue la resurrección y con ella la pasión y muerte del Señor Jesús. El hecho vergonzoso de la pasión y muerte de Jesús sólo pudo ser superada con la certeza de su resurrección.
3. Para los escolares y para las familias comienzan también las "vacaciones de semana santa". Es recomendable que no se olvide el centro de la fe y que busquen celebrarla en cualquier parte donde se encuentren. Que con la ausencia de deberes y compromisos escolares y laborales no se relaje la fe ni venga a menos la maduración espiritual.
4. Muchas personas, especialmente jóvenes, se van de "misiones", hacen retiros, jornadas, encierros y pascuas de adolescentes o jóvenes. ¡Felicidades por ellos! Ojalá que testimonien a fondo lo que creen y celebran y que su fe se vea acrecentada, su esperanza fortificada y su caridad encendida.
5. Por último, se recomienda que en esta semana leamos despacio y con espíritu de reflexión el texto del Evangelio de Marcos sobre la Pasión y Muerte de Jesús. Ojalá lo puedan comentar en familia ahondando el significado. Y si pueden ver alguna película sobre Jesús o la película de la Pasión, nos ayudará a estar en este clima.
Texto a meditar y contemplar: Marcos 14,1-15,47.
Lectura (Lectio): lo que dice la palabra de Dios en sí misma. La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén marca, el comienzo de la Semana Santa, la semana de la pasión del Señor. Hoy Jesús hace su entrada en la ciudad santa para cumplir todo lo que había sido anunciado por los profetas. Jesús entra sentado sobre un asno que le habían prestado, para que se cumpliera la profecía de Zacarías: "Digan a la hija de Sión. Mira que tu rey viene hacia ti, humilde y montado sobre un asna, sobre la cría de un animal de carga".
Entonces la gente que también se traslada a Jerusalén con motivo de las fiestas, y que había escuchado las palabras de Jesús y había visto los milagros que realizaba manifiesta su fe mesiánica gritando: "¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!"
Este día, llegaron a su punto culminante las expectativas de Israel con respecto al Mesías. Eran expectativas alimentadas por las palabras de los antiguos profetas y confirmadas por Jesús de Nazaret con su enseñanza y, especialmente, con los signos que había realizado.
Meditación (Meditatio): lo que a mí me dice la palabra de Dios. Al entrar en Jerusalén, Jesús sabe, sin embargo, que el júbilo de la multitud lo introduce en el corazón del "misterio" del dolor y la muerte. Es consciente de que va al encuentro de la muerte y no recibirá una corona real, sino una corona de espinas.
Aunque no todos los hombres conozcan una muerte como la de Cristo, la pasión, como peripecia humana, es en cierto modo la historia de todo hombre. Es igual a la historia de millones de hombres. Y es inevitable. Por ese lado, no habría nada que celebrar. Pero en ese mundo, opaco y duro, ha entrado libremente Jesucristo. Y ha entrado hasta la soledad del sufrimiento, hasta la traición y el abandono de los amigos, hasta el juicio con testigos falsos, la condena y el suplicio, injustos, la fiebre de la tortura y el frío de la muerte. Así consumó la Encarnación, abrazando hasta el final la condición humana, sin condiciones y sin límites.
La entrada en Jerusalén fue una entrada triunfal no sólo porque las masas, al igual que cada uno de nosotros y casi por definición, son volubles, manipulables, arbitrarias. La entrada en Jerusalén fue triunfal también porque desde aquella pasión del Hijo de Dios, la pasión del hombre ya no es la hora de la derrota, sino la hora misteriosa del triunfo: el triunfo del amor infinito de Dios sobre el infierno y la soledad del hombre.
Este misterio de dolor y de amor lo propone el apóstol Pablo en la carta a los Filipenses: "Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz". Y en la vigilia pascual añadiremos: "Por eso, Dios lo levantó sobre todo, y le concedió el nombre sobre todo nombre".
Oración (Oratio): lo que le digo a Dios desde su palabra y desde mi vida. Enséñanos, Señor, a hacer silencio en estos días, para escuchar tu palabra y meditar en tu Misterio de Amor; para aprender a escuchar como discípulos que van en camino, de tu mano, animados por el Espíritu descubriendo la voluntad de tu Padre. Enséñanos a orar como tú, Señor. Llamando Papá a Dios, confiándonos en sus manos, buscando sus caminos, pidiendo con fuerza y coraje que venga el Reino de Vida, que llegue la Justicia prometida, que haya Pan para todos. Ayúdanos a orar para conocer lo que Dios quiere, lo que nos pide, lo que sueña para nosotros. Enséñanos Señor a aceptar la cruz del seguimiento, pues no se siguen tus huellas sin caminar hacia la entrega y sin vivir la renuncia. Ayúdanos a tomar tu cruz cada día, para morir a nuestros egoísmos y bajezas. Tu Palabra nos invita a seguir tus pasos, abandonarnos en el Dios de la vida; desde el silencio, la oración, el servicio y la cruz, caminamos, Señor, para aprender a convertirnos.
Contemplación (Contemplatio): hago silencio para adorar, alabar, agradecer y bendecir a Dios Cada uno somos un personaje importante en la narración de la Pasión, porque por cada uno entregó la vida Jesús. Vivámosla con el respeto de quien oye la narración del Amigo que da su vida por mí.
 
 
 
La Paz con ustedes.

miércoles, 18 de marzo de 2015

lectio 5 Domingo de Cuaresma B

 
5 Domingo de Cuaresma, B.
Lectura Orante de la Palabra de Dios del Evangelio de San Juan 12, 20-33
Entre los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de Pascua, había algunos griegos, los cuales se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le pidieron: "Señor, quisiéramos ver a Jesús".
Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús y él les respondió:
"Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a si mismo, se pierde; el que se aborrece a si mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre. Ahora que tengo miedo, ¿le voy a decir a mi Padre: 'Padre, líbrame de esta hora'? No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre".
Se oyó entonces una voz que decía: "Lo he glorificado y volveré a glorificarlo".
De entre los que estaban ahí presentes y oyeron aquella voz, unos decían que había sido un trueno; otros, que le había hablado un ángel.
Pero Jesús les dijo: "Esa voz no ha venido por mí, sino por ustedes. Está llegando el juicio de este mundo; ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí".
Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús,
 
Lectura (lo qué nos dice el texto)
El presente texto se ubica después de la resucitación de Lázaro y de la conspiración judía para matar a Jesús, y antes del inicio de su pasión comenzada con la última cena. Jesús está en Jerusalén en la fiesta de la Pascua judía y es normal que haya gente de todas partes del mundo conocido, incluidos los griegos que se acercan a Felipe porque quieren ver a Jesús. Al requerimiento, Jesús responde de un modo, en apariencia, extraño: primero dice que ha llegado la hora en que el Hijo del Hombre va a ser glorificado, aludiendo con esto a su propia muerte, no tanto como un fracaso y un fin, sino como un hecho de victoria. Para ayudar a entender el valor salvador de su muerte, habla del grano de trigo que tiene que morir para dar fruto abundante, de ese modo Él ha de morir para dar la vida a todos, por eso invita a sus discípulos a hacer lo mismo en favor de los demás. En segundo lugar Jesús muestra sus más hondos sentimientos ante la muerte que se avecina: por una parte angustia terrible y, por otra, la más grande confianza en su Padre, y que hace oír su voz, como un trueno o un ángel, para corroborar la glorificación de su Hijo al ser levantado en la cruz, pues desde allí atraerá a todos hacia sí para formar el único Pueblo de Dios.
 
Meditación ( lo que te dice Dios desde el texto )
En este Quinto domingo de cuaresma la  muerte y resurrección de Jesús reclaman directamente nuestra atención y nuestra postura personal. La actitud de los griegos, gente extranjera, que busca a Jesús, gente intelectual basada en el conocimiento, ya nos da una pauta como para cuestionarnos qué tanto hemos buscado a Jesús en esta cuaresma, qué tanto nos hemos convertido a Él. Por otra parte en el evangelio Jesús, que no duda en dar su vida por la salvación de los demás y asume la voluntad del Padre libremente, es directo al momento de invitar a todo discípulo a hacer lo mismo que Él, porque "el que se ama a sí mismo, se pierde; pero el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna". Por tanto la felicidad, fecundidad y sentido de nuestra vida no se podrá medir, según Jesús, por el cuidado intensivo de uno mismo que excluye la donación para prolongar la vida más años, ni por el simple conocimiento intelectual, sino por la calidad y cantidad de entrega diaria y a todos, porque ese modo de morir a diario es como enterrar el propio grano de trigo para producir mucho fruto. ¿Nos decimos cristianos, creyentes en Jesús? Él nos dice: "el que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté también esté mi servidor. El que me sirva será honrado por mi Padre". De ese modo la muerte en cruz, que pudiera parecer un fracaso y el fin de todo, es el triunfo del amor y de la vida sobre el mal, sobre el egoísmo, el odio y la muerte de este mundo. La vida y muerte de Jesús, su modo de ver la realidad, va contra toda postura egoísta que invita a reservar la vida en lugar de entregarla, a cerrar el corazón, de manera egoísta, en lugar de abrirlo a muchos, a buscar sólo mis intereses en lugar de buscar el bien de todos, siendo ese el mejor modo de perderla. Jesús en su oración, al Padre, no pide ser librado de la muerte, más bien allí confirma su disponibilidad y libertad para cumplir la voluntad del Padre, pues para eso ha venido. Y el Padre nos lo hace saber mediante su voz y nos lo entrega para que comprendamos que siguiendo a su Hijo es la manera de glorificarlo. Mucho podríamos aprender de la oración de Jesús, de tal manera que al buscarlo, al seguirlo y al servirlo, busquemos no nuestros gustos y deseos, sino la voluntad del Padre, pues a eso hemos venido y allí encontraremos lo que tanto anhelamos y desesperadamente buscamos, el sentido de nuestra vida y nuestra felicidad, ofreciéndosela a los demás. El Señor nos ha dado la vida para entregarla a los demás.
 
Oración ( lo que tú le dices a Dios desde tu vida iluminada por el texto )
Padre bueno, muchas veces hemos tenido miedos, de todos los miedos, tú lo sabes. Hemos tenido miedo de buscar, de servir y de seguir total y realmente a tu Hijo Jesús y nos hemos quedado en la apariencia y en lo que no compromete del todo. Hemos tenido miedo de buscar, de escuchar y de cumplir tu voluntad y nos hemos quedado sólo en lo nuestro y que es pobre, débil y corta de miras. Tenemos miedo de entregarnos completamente a ti y a los demás y nos quedamos en la desconfianza y en una autosuficiencia. Nos consuela, que así como glorificaste a tu amado Hijo nos glorificarás por haberlo seguido. Igual que a tu Hijo Jesús, sabemos que también tendremos nuestra hora. Te pedimos que no nos libres de ella, porque para eso nos has llamado, sino que nos acompañes y nos ayudes a crecer en disponibilidad y donación a ti y a quienes nos has confiado. Haz que seamos como ese grano de trigo que se entierra junto con la cruz de tu Hijo para que de allí brote la vida.
 
Contemplación (haz silencio en lo más íntimo de tu corazón y desde allí agradece, adora, alaba y bendice a Dios y ve lo que es necesario cambiar y agregar a tu vida  en esta cuaresma, que ya va muy adelantada y con ello alcanzar la Pascua)
 
.Contemplemos al Señor, démosle gracias porque nos ilumina, y hagamos alguna acción para mostrarle que queremos vivir su Palabra, en esta Cuaresma y en nuestra vida.
 
La Paz con ustedes.

miércoles, 11 de marzo de 2015

lectio 4 Domingo de Cuaresma B

4 Domingo de Cuaresma, B.
 
Lectura Orante de la Palabra del Evangelio de san Juan 3, 14-21
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él, no será condenado; pero el que no cree, ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
LECTURA: lo que dice la Palabra de Dios
Jesús tiene encuentros con personas concretas, nos relata san Juan, y uno de los primeros diálogos fue con Nicodemo, un magistrado judío. Y en este relato Jesús le dice: así como la serpiente de bronce fue elevada por Moisés y se curaban aquellos que habían sido mordidos con tan solo mirarle (Núm 21, 8-9), así también el Hijo del hombre, con su muerte en la cruz será elevado para salvación, y aquel que crea en Cristo, recibirá la Vida eterna. Porque Dios ama tanto al mundo que le entregó a su Hijo único. Sin embargo siempre habrá alguien que se cierre, que prefiere las tinieblas, que prefiere el mal, termina diciendo el relato.
 
MEDITACION: lo que dice a mi vida la Palabra de Dios.
Y el relato del Evangelio nos presenta diversos contrastes: juicio-salvación, luz-tinieblas, hacer el mal-hacer la verdad. Y nos habla de una manera positiva: Dios que amaba a Israel, y fue así siempre, sólo Dios es capaz de dar un nuevo espíritu, porque es siempre rico en misericordia y de grande amor. Dios que ama tanto al mundo es capaz de entregar a su Hijo unigénito.
Las palabras del Evangelio son respuesta a unas preguntas que Nicodemo había hecho a Jesús cuando fue a verlo de noche y muestran el amor de Dios que entrega su Hijo para la salvación del mundo. San Juan al hablarnos del símbolo de la serpiente recuerda como Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne, débil y mortal, era necesario que El fuera elevado de la tierra para que todo aquel que crea tenga vida eterna. En cuatro ocasiones nos dice que la entrega del Señor es 'para todos' y será en el mundo, el lugar de la salvación de Dios para todos y cada uno en Cristo Jesús. Es un grande signo de amor dar la vida por los que se ama; sin embargo, es un gesto todavía más significativo dar la vida del propio hijo porque se ama.
En este Evangelio encontramos solo propuestas de salvación. Y esto vale lo mismo para la Iglesia, porque Ella es constantemente propuesta de salvación para si misma y para todas las gentes; porque es lo que Jesús le ha confiado.
 
ORACIÓN: lo que digo a Dios inspirado por su Palabra y desde mi vida.
Señor, te manifestaste en Jesús, a través de signos y palabras. Este amor del Padre no se encerrado en sí mismo, sino que se ha manifestado en la encarnación y en la entrega de su Hijo amado como la gran manifestación de amor: "tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en El, no perezca, sino que tenga vida eterna". Señor, que has sido levantado en la cruz para salvarnos. Al mirar a Jesús en la Cruz, las gentes crean, para que vivan en la luz y en la verdad, y no en tinieblas. Porque "has sido levantado en la Cruz para que todo el que crea tenga vida eterna". Ayuda a tu Iglesia para que anuncie a todos, y descubran que viniste a salvar y no para condenar.
 
Contemplación: hago silencio, alabo y adoro al Señor que se me ha mostrado en su Palabra. Me pongo algún propósito en lo personal, lo familiar.
Vayamos preparando la renovación de nuestro bautismo en la Noche Santísima de la Pascua. Y preparemos nuestra confesión para hacerla antes del Jueves Santo y poder entrar al Triduo de la Pascua: Viernes, Sábado y Domingo, o sea, del Señor Crucificado, Sepultado y Resucitado.
 
 
 
La Paz con ustedes.