viernes, 30 de enero de 2015

Don Bosco

 
La Paz con ustedes.


El Viernes, 30 de enero, 2015 16:45:56, José Ignacio Madrigal Figueroa <joimafisdb@yahoo.com.mx> escribió:


lunes, 26 de enero de 2015

lectio 4 DOrd B

 
4 Domingo Ordinario, B
Lectura Orante de la Palabra de Dios del Evangelio de San Marcos 1, 21-28
 
En aquel tiempo, llegó Jesús a Cafarnaúm y el sábado siguiente fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: "¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios". Jesús le ordenó: "¡Cállate y sal de él" El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: "¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen". Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
 
Lectura: Estamos comenzando la lectura del evangelio según San Marcos y vale la pena recordar la persona de Juan el Bautista que fue arrestado, el bautismo de Jesús y su paso por las tentaciones en el desierto y, finalmente, el llamado que hace a los cuatro primeros discípulos, comenzando con ellos su predicación y el llamado a seguirle abriéndose a la conversión. El evangelio de hoy, continuación de los pasajes que hemos mencionado, nos deja ver a Jesús ya seguido por sus primero discípulos, y estando como comunidad en Cafarnaúm, la población más grande a orillas del lago de Galilea. Marcos también nos muestra a Jesús como judío que cumple con sus derechos y deberes religiosos presentándose el día sábado en la sinagoga, o casa de oración, y allí ofrece como maestro su propio comentario de las escrituras. Es central en el texto la intención de distinguir la autoridad propia y real con que enseña Jesús de aquella con que enseñan los maestros y profesionales de la ley que hacen referencia a otros maestros. Su autoridad le viene de Dios y queda confirmada por la eficacia de su palabra pues calla y aniquila al espíritu malo sanando a un enfermo. Sólo ese espíritu lo reconoce "el Santo de Dios", mientras que la gente que lo ve y lo sigue se pregunta por Jesús, por lo que dice y lo que hace. Con esto comienza a extenderse su fama de hombre con autoridad para expulsar al mal y sanar a enfermos por toda Galilea.
           
Meditación: El domingo pasado Jesús decía que "el tiempo estaba cumplido y el Reino había llegado",  en su persona y con su persona. Con el hecho de hoy lo confirma y la presencia de Dios, su amor y su salvación, entran a nuestro mundo para expulsar al mal. Jesús, venciendo a los espíritus malos introduce e instaura el Reino de Dios entre sus hermanos. El no sólo es el profeta anunciado por Moisés en la primera lectura de hoy, sino instaurador del Reino con sus palabras y sus obras. Él hablará en nombre de Dios y su palabra obrará lo que pronuncia. De este modo Jesús es presentado por San Marcos en su evangelio primero como un nuevo Moisés que enseña y habla en nombre de Dios, y aún más que eso, como Hijo de Dios porque su palabra tiene cumplimiento aniquilando al malo. Cuando Jesús habla callan los espíritus inmundos, ninguna palabra puede sobreponerse a la suya ni tiene la eficacia liberadora sobre los hombres como la suya. El hombre poseído estaba en la sinagoga y parecía oír sin llegar a escuchar, sabía quién era Jesús sin reconocerlo presente en su vida. Con frecuencia nosotros, estando en nuestros templos públicos y capillas privadas (nuestro interior) ni escuchamos ni reconocemos realmente a Jesús, porque podemos estar invadidos por malos espíritus lejos y apartados de él. En el fondo de nuestros corazones, en esa capilla particular que todos tenemos y somos, habitan presentimientos, dolores, heridas, amarguras, decepciones y desilusiones que no nos atrevemos a manifestar delante de Jesús, porque son nuestras cosas más profundas. Demasiado ruido provocado por nosotros mismos no nos deja escuchar la voz liberadora de Jesús, y muchas imágenes provocadas por miedo a la verdad de fondo no nos dejan reconocer realmente a Jesús. Nos hemos taponado los oídos y la voluntad de tal manera que no pueda penetrar la voz de Dios. Preferimos escondernos detrás nuestros gustos y comodidades, detrás de trabajos reales o supuestas responsabilidades, incluso detrás de piadosas actividades para que nadie note cómo nos va ni cómo estamos realmente allí dentro, en lo profundo de nuestra "sinagoga", perdidos entre los demás que también cumplen con sus deberes religiosos. Pero Jesús descubre nuestro mal espíritu y, por amor a nosotros se impone a él, lo desenmascara, lo expulsa y nos deja libres. De ese modo podremos reconocer su autoridad sobre el mal, sobre nuestro mal, y pasar a reconocerle y testimoniarle como el Hijo de Dios y Salvador de nuestras vidas. No querer escuchar, no querer ver, no querer movernos hacia Jesús, y estando en medio de nuestra "sinagoga", es un real atentado a nuestra libertad, a nuestra felicidad y a nuestra pertenencia a Dios. Jesús nos quiere también curarnos de nuestro individualismo y llevarnos a la comunidad, (Iglesia), para seguir y reconocerlo sólo a Él.
 
Oración: Te invito a hacer oración diciendo:
"Señor Jesús, venimos a ti con todo lo que no nos gusta mirar dentro de nosotros, con todas las cosas feas e insoportables, con tantos malos espíritus que queremos esconder delante de ti, de nosotros mismos y de los demás, aunque vivamos con ellos y recemos con ellos, pero sin llegar a reconocerte a ti como Dios y salvador. Te presentamos nuestras supuestas opiniones y malos espíritus y te pedimos que les ordenes con la fuerza de tu amor y de tu palabra que se callen y salgan de nosotros. Limpia nuestra mente y corazón para pensarte y acogerte, limpia nuestros oídos y ojos para escucharte y para verte, da fuerza a nuestra débil y cobarde voluntad para animarnos a ser tus testigos. De los espíritus malos que me seducen y nos atan, líbranos Señor. Líbranos de la seducción de una vida individual. Que busquemos formar la comunidad de amor, fraternidad y servicio, que tu has querido y has dado la vida. Líbranos de ese mal espíritu, y concédenos ese espíritu de Comunión".
           
Estás invitado durante los próximos días a exponerte delante de Jesús en oración y a presentarle los malos espíritus que has dejado entrar a tu vida y hasta los has cultivado y promovido. Ejercítate, tú, y junto con los demás, en la oración que nace de lo profundo donde reconocemos nuestra incapacidad de sacarlos por nosotros mismos; y dejemos que la Palabra amorosa de Jesús retumbe en el fondo de nuestra vida, para formar Iglesia, Comunidad: "Cállate y sal de él, sal de nosotros".
 
Un abrazo y oraciones. El día 31 de Enero celebramos a nuestro Padre Fundador San Juan Bosco, Padre y Maestro de los Jóvenes, caminando hacia el Bicentenario de su Nacimiento 2015.
 
La Paz con ustedes.

miércoles, 21 de enero de 2015

lectio 3 DOrd B

 
3 Domingo Ordinario, B.
Lectura Orante de la Palabra de Dios del Evangelio de San de Marcos 1, 14-20.
 
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: "Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio".
Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres". Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre con los trabajadores, se fueron con Jesús.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
 
Lectura: Personajes: nos habla de Juan el Bautista, que había sido arrestado, y sobretodo nos presenta a Jesús, en la Galilea. Jesús dice que ha llegado la hora de predicar el Evangelio de Dios y que el Reino de Dios está cerca; después del anuncio Jesús pide conversión. Marcos, después, explica el episodio de la llamada a los cuatro discípulos, que caminando Jesús por la orilla del lago de Galilea vio a Simón y a su hermano Andrés y les dijo: "Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres", y dejando las redes, inmediatamente lo siguieron. También vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo. Los llamó y ellos, dejando en la barca a su padre y a los trabajadores, se fueron con Jesús. El Reino de Dios  como mensaje central del anuncio de Jesús, que san Marcos nos lo presenta trece veces en la boca de Jesús (1, 15; 4, 11; 4, 26; 4, 30; 9, 1; 9, 47; 10, 44; 10, 15; 10, 23; 10, 24; 10, 25; 12, 34; 14, 25). Y el llamado de Jesús, es decir, la vocación de los primeros discípulos de Jesús y la respuesta de estos primeros cuatro discípulos. Que dejando todo lo siguieron.
 
Meditación: Nos encontramos en la primera parte del Evangelio, centrada en la actividad de Jesús en Galilea, después del arresto de Juan el Bautista. Es un resumen de la predicación de Jesús, que recoge este texto las mismas palabras dichas por Jesús: "Se ha cumplido el tempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio". En la llamada de los cuatro primeros seguidores, nos dice que es una iniciativa de Jesús. Porque era costumbre del judaísmo, que el discípulo escogía su maestro; en cambio es Jesús quien elige a los que serán sus discípulos y seguidores. Y los cuatro pescadores llamados por Jesús lo dejan todo para irse con El. No da ningún argumento o diálogo. Jesús les pide que lo sigan. Y ellos reaccionan con toda rapidez y lo dejan todos para seguirlo. Marcos nos ayuda a reflexionar en poner atención en Jesús y muestra la fuerza y atractivo de Jesús.
 
Oración: "Se ha cumplido el tempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio". Señor, escuchar y conocer estas tus mismas palabras, es llegar a Ti, puesto que eres el Reino. Tú nos has invitado a seguirte. Tú le das, entonces, sentido a toda persona y a todas las cosas y hasta a todo el Universo. Ayúdanos a descubrirte y a tener la capacidad de dejar todo por seguirte, como lo hicieron tus primeros discípulos y como lo han hecho tantos y tantas, a través de la historia.
Tu Reino es Vida, tu Reino es Verdad, tu Reino es Justicia, tu Reino es Paz, tu Reino es Gracia, tu Reino es Amor. Venga a nosotros tu Reino, Señor.
 
Cada Domingo del tiempo Ordinario nos hace vivir la Pascua semanal a toda la comunidad cristiana. Es por eso que celebramos con fiesta.
 
 
La Paz con ustedes.

jueves, 15 de enero de 2015

lectio 2 DOrd B

2 Domingo Ordinario, B.
Lectura Orante de la Palabra de Dios del Evangelio de san Juan 1, 35-42

En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: "Éste es el Cordero de Dios". Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué buscan?" Ellos le contestaron: "¿Dónde vives, Rabí?" (Rabí significa 'maestro'). Él les dijo: "Vengan a ver".

Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" (que quiere decir 'el Ungido'). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás" (que significa Pedro, es decir 'roca'). Palabra del Señor.                                                                                                         Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Lectura: Los textos de este segundo domingo nos presentan el tema de la "vocación", de la llamada. Sabemos que Jesús llamó a algunos  discípulos que le siguieron. Pero la llamada es para todos, no solamente para privilegiados o para perfectos. Sin vocación, la vida no tiene sentido si esta la entendemos como don y como gracia. Porque también hay que saber recibir los dones y las gracias.
El evangelio de hoy nos presenta la forma en que Jesús acogió a sus primeros discípulos. No se hace por medio de una llamada concreta de Jesús, - como sucederá después con Felipe, sino de otra forma distinta. Probablemente en el evangelio de Juan hay una intencionalidad manifiesta: el paso de los discípulos del Bautista a Jesús. Es una escena que viene después de la presentación que Juan el Bautista ha hecho de Jesús a sus seguidores. Por eso, como respuesta inmediata, dos de esos discípulos (uno de ellos se identifica como Andrés, el hermano de Pedro), se interesan por la vida de Jesús. De ahí la pregunta: "Maestro ¿dónde habitas?". ¿Dónde vivía Jesús? No se nos dice en el relato, porque su intención es poner de manifiesto que su modo de vida es lo que se describirá a lo largo del evangelio. Han visto ya algo que fascina a estos discípulos, para dejar al Bautista y seguir a Jesús, y comunicar la noticia al mismo Pedro
San Juan presenta el encuentro de Pedro, con Jesús. Aquí se adelanta su hermano Andrés en su decisión a seguir al Maestro. Pero lo que importa siempre es la disposición. El que Pedro reciba un nombre nuevo "Kefas" (piedra), forma parte también del misterio vocacional. Un nombre nuevo es un destino, un camino, una vida nueva, una misión. Todo esto está sugerido en esta escena vocacional.
Meditación: Los hombres del Bautista que siguieron a Jesús, estaban esperando algo mejor de la vida, vivían ya comprometidos con hacerse mejores; por eso convivían junto al predicador de la conversión; estaban dispuestos, sólo les faltaba conocer a Cristo. Quien desea convertirse en discípulo de Jesús ha de dar un segundo paso; ha de pasar de la simple curiosidad a la convivencia. Desde luego, aceptar a Jesús, su vida, su ideas y su experiencia de Dios, no puede dejarnos donde estábamos antes. Todo ha de cambiar, sin que haya que exagerar actitudes espirituales o morales. Estar con Jesús significa estar con los que más amamos. Hablar de nuestra propia experiencia de Jesús a los que más queremos y que más nos quieren, les llenará de entusiasmo y les testimoniaremos nuestra fe y a lo mejor facilitamos que ellos se encuentren con el Señor Jesús como lo hicieron Pedro y otros discípulos.
Oración: Señor Jesús, ayúdanos a descubrirte como lo hizo Juan el Bautista, entre la multitud de la gente y a identificarte porque nuestro corazón te espera y está ansioso de tu llegada, de conocerte. Esperarte a Ti, Señor, nos atemoriza, porque provoca en nosotros tu seguimiento; y es que si queremos buscar algo mejor y más comprometedor para nuestra vida, sólo nos falta conocerte a Ti y convivir contigo. El sentirnos amados por Ti, mirados en lo profundo de nuestro ser y llamados a vivir la misma experiencia, nos lleva a dar testimonio ante los que nos están más cercanos y a los que más queremos. Gracias, Señor porque nos sentimos llamados por Ti y porque aquí, donde estamos quieres que proclamemos nuestra fe, desde el estado de vida en el que nos encontramos.
Contemplación: Haz silencio, y dejándote consolar con la voz de Dios que te llama por tu nombre, intenta convivir más con Él y con su Palabra.  En este domingo comienza la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25. Recemos.
El Señor que nos llama les bendiga.
 
 
 
La Paz con ustedes.