jueves, 12 de agosto de 2010

Solemnidad de la Asunción de María (15 agosto 2010)

Texto a meditar y orar: Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.
Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.
Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.
Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre”.
María permaneció con Isabel unos tres meses, y luego regresó a su casa.

Lectura (Lectio): lee atentamente y cuantas veces sea necesario el texto evangélico y descubre su estructura, sus personajes, sus actitudes, sus relaciones. Busca lo que dice la Palabra de Dios en sí misma.

El evangelio de Lucas de este domingo, dedicado a la asunción de la Virgen María, nos muestra dos escenas muy relacionadas: el encuentro de María con Isabel y la alabanza y bendición de María al Dios que la eligió y que quiere salvar a su pueblo. Pero todo está centrado en Cristo, Cristo está al centro de todo, incluido el vientre de María la Virgen. Se da una clara revelación de la maternidad de ambas mujeres por pura gracia de Dios: una es estéril y la otra es virgen. Además se hace notar la fe de ambas en el Dios de Israel y en Jesús, el Señor y salvador esperado. En la segunda escena María explota y canta de gozo por Dios que ama y salva a Israel, a los pobres y oprimidos, al mundo entero. También se pone en claro que Dios gusta de los humildes y que hace grandes cosas en quienes son disponibles a su gracia. María se muestra pequeña y muestra a Dios grande en su amor ay su misericordia.

Meditación (Meditatio): descubre lo que la Palabra de Dios te dice ahora a ti en tu vida ordinaria, en tus circunstancias.

Hoy, en domingo, celebramos la Asunción de María, un acto del amor de Dios por ella, la madre de su Hijo, y por su pueblo. De hecho el primero en "entrar al cielo" es Jesús y luego le sigue su madre. Un aspecto fundamental de este evangelio y esta fiesta es reconocer lo que Dios hace en María, lo que Dios hace en nosotros, lo que Dios hace en su pueblo gratuita y misericordiosamente. Él nos hace vivir ya desde ahora en la dimensión de la resurrección. Sólo requiere de parte nuestra humildad, sencillez, disponibilidad, capacidad de servicio y alegre reconocimiento de la obra de Dios en nuestra vida ordinaria. En la asunción de María somos asumidos nosotros, nuestra historia, nuestros ruegos y plegarias. Dios nos levanta, como a ella y nos abraza para siempre en la cruz y resurrección de su Hijo, nacido hombre en el vientre de María.

Oración (Oratio): desde lo que dice la Palabra en sí misma y desde lo que te dice para la vida respóndele, háblale, dialoga con Él.

Dios Padre, bendito seas por haber elegido a María como madre de tu Hijo y para que en ella se hiciera hombre y viniera a salvarnos. Hazme humilde, disponible y sencillo como ella.
Dios Hijo, salvador nuestro, gracias por hacerte hombre y hacerte el centro espiritual y físico de la Virgen María. Hazme servicial y agradecido para cantar las maravillas de Dios como ella.
Dios Espíritu Santo, gracias por fecundar la virginidad de María. Fecunda mi vida como fecundaste su vientre para que también yo pueda llevar la luz de Dios Hijo a los pobres y necesitados.


Contemplación (Contemplatio): haz silencio, adora, alaba y bendice, déjate consolar e iluminar y toma una decisión que implique tu vida familiar, laboral, escolar, social...


Son cuatro las grandes fiestas:
  • Maternidad Divina (431) en Efeso;
  • Perpetua Virginidad (13/06/449);
  • Inmaculada Concepción (08/12/1854);
  • Asunción en Cuerpo y Alma (01/11/1950)

El privilegio de la Asunción, concedido a la Virgen Inmaculada es para nosotros pobres mortales, un signo de esperanza y de alegría. Es consolador para nosotros, peregrinos en este mundo, luchando para vencer el pecado y crecer en la santidad, en medio de tantas dificultades, saber que la Madre de Jesús fue glorificada ya en Cuerpo y Alma. Ella es la imagen y comienzo de la Iglesia.
María es la primera criatura que participa de la resurrección y de la Gloria, porque estuvo íntimamente asociada a la vida, pasión y muerte de Cristo.
La Santísima Virgen desde el Cielo, nos indica la meta final y el camino sobrenatural de nuestra vida sobre la tierra.

Dios te bendiga y te haga vivir su fiesta en la eucaristía de este domingo en compañía de la Virgen María: ¡Gózalo!

Nacho, SDB


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