viernes, 11 de marzo de 2011

1er. domingo Cuaresma, A (13 marzo 2011)

Texto a leer, meditar y orar: 
Mateo 4, 1-11

En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: “Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes”. Jesús le respondió: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna”. Jesús le contestó: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.
Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: “Te daré todo esto, si te postras y me adoras”. Pero Jesús le replicó: “Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo servirás”.
Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle.

LECTURA (Lectio): lo que dice la Palabra de Dios
El relato nos presenta a Jesús, al Espíritu, al Demonio (con diferentes nombres: Demonio, Tentador, Diablo (3), y Satanás) y los Ángeles. Jesús es conducido por el Espíritu al desierto para ser tentado por el Demonio, el cual tiene el mismo rostro de la serpiente tentadora, presentándolo como manipulador de la Escritura y esperanza humana, hábil y sutilísimo engañador al que Jesús solamente es capaz de vencer y desenmascarar. Jesús pasó 40 días y 40 noches sin comer, y al final tuvo hambre. Después, en tres momentos nos presenta como Jesús es tentado por el Tentador, porque Jesús está siendo puesto a prueba. Y Jesús le responde con la Palabra de Dios. Finalmente lo dejó el Diablo y se acercaron los Ángeles para servirle.

MEDITACION (Meditatio): lo que dice a mi vida la Palabra de Dios.
Meditamos cómo el Espíritu permitió que Jesús fuera tentado por el Demonio. Esto fue algo real. Por el contexto de las tentaciones fue un ataque por parte del Demonio para saber si era el Hijo de Dios, el Mesías, a fin de desviarlo de su misión. Estas tentaciones Jesús las fue teniendo a lo largo de su vida: “Manda que estas piedras se conviertan en panes” para hacerle caer en un tipo de mesianismo triunfalista, famoso; “échate para abajo, así mandará a sus Ángeles para que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos” tener un mesías haciendo cosas extraordinarias ‘milagrero’; y al llevarlo a lo alto del monte y ver la grandeza de los reinos le dice: “te daré todo esto, si te postras y me adoras” la tentación de un mesías que prescinde de Dios, de hacerlo a un lado, el signo del poder. Jesús responde a las tentaciones con la Palabra de Dios, la Confianza en Dios y el servir y adorar sólo a Dios.

ORACIÓN (Oratio): lo que digo a Dios inspirado por su Palabra y desde mi vida.
Señor, toda tu vida es dedicada al Padre y a proclamar su Reino; y toda tu vida es ejemplo para nosotros. Tú experimentaste, también, la tentación que te quería apartar del querer del Padre, la tentación de ser un mesías a la medida de los deseos humanos, totalmente alejado de Dios. Señor, que en toda tentación que quiera apartarnos de Dios y de su querer, sigamos tu ejemplo, apoyados en la Palabra de Dios, en la confianza al Padre para que sirvamos y adoremos sólo a Dios.

Contemplación (Contemplatio): hago silencio, alabo y adoro al Señor que se me ha mostrado en su Palabra. Decido algún propósito en lo personal, lo familiar, laboral, escolar y social.

El corazón del mensaje papal para la Cuaresma de este año es el Bautismo. En efecto – escribe el Papa –, desde siempre la Iglesia asocia la Vigilia Pascual a la celebración del Bautismo". Y desde siempre "la Cuaresma nos ofrece un recorrido análogo al catecumenado". También el Concilio Vaticano II – recuerda – ha invitado a valorar "los elementos bautismales propios de la liturgia cuaresmal". Y entonces – prosigue – debemos de nuevo dedicarnos todos a esta "escuela insustituible de fe y de vida cristiana" que es la Cuaresma, guiados por los textos del Evangelio que se leen de domingo a domingo.
En el párrafo central del mensaje, Benedicto XVI hace de guía en este recorrido, etapa tras etapa, del primer domingo de Cuaresma hasta la Pascua. El Papa, ha sentido hoy el deber de reavivar este significado bautismal de la Cuaresma. Una primera respuesta está ligada a una opción capital del Papa: la "nueva evangelización".

Dios les bendiga, Nacho, SDB.


La Paz con ustedes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué bueno que este mensaje nos llegue precisamente al inicio de la Cuaresma!
Porque si he decidido cambiar, aprovechando este tiempo para ello, y de veras estoy dispuesto a modificar mi conducta y mi actitud, voy a tener que enfrentar tentaciones.
Una de ellas podría estar relacionada con alguna necesidad o necesidades formales o forzosas que ya tengo: comer, vestir, estar a la moda, salir de pobre o tener más cosas. Y vencer esa tentación con la Palabra de Dios, es decir, buscar lo que Dios me dice al respecto, no es fácil. Jesús la venció porque conocía el sentir del Padre, porque conocía las Escrituras.
Mientras seguimos caminando durante la Cuaresma, y según vayamos sintiendo la fuerza que Dios nos da, no es difícil que nos venga la tentación de vernos demasiado atrevidos y capaces hasta de hacer cosas que puedan poner en peligro nuestra vida: beber, drogarnos, no ir al médico, lidear con ideas distintas porque creemos que las podremos superar. Volvernos temerarios pensando que Dios nos protege. Estaríamos entonces ante una tentación que va directa a enfrentar a Dios. Jesús la vence porque sabe perfectamente que no se debe tentar a Dios.
Otra más que nos puede aparecer en el proceso es la tentación del poder. Cuando sentimos que ahora sí, que ya Dios nos ha ayudado a encontrarle, nos sentimos con la capacidad de dominar a nuestra comunidad, a nuestra familia, a nuestro entorno: nos sentimos más que los demás y nos empezamos a adorar a nosotros mismos, que en el fondo es adorar a Satanás, señor de la soberbia. Jesús lo vence porque está sujeto libremente a la Voluntad de nuestro Padre Dios.
El demonio no tienta a los que no seguimos la Cuaresma, sino a aquellos que quieren hacer el cambio.
Por eso, entre los salesianos, el ejemplo más claro que Dios puso en Juan Bosco, fue el Método Preventivo, que evita, en lo posible, caer en la tentación. Y en esta Cuaresma, para los que vamos en busca del cambio, es una buena oportunidad de valernos de él.