Texto a leer, meditar y orar: Juan 3, 14-21
En aquel tiempo, Jesús
dijo a Nicodemo: "Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene
que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida
eterna.
Porque tanto amó Dios al
mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no
perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para
condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él,
no será condenado; pero el que no cree, ya está condenado, por no haber creído
en el Hijo único de Dios.
La causa de la
condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron
las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal,
aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En
cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que
se vea que sus obras están hechas según Dios".
Domingo Laetare: se llama así al 4° domingo de cuaresma por la antífona de entrada: "Laetare Jerusalem" de Is 66. Al haber pasado la mitad de la cuaresma, en este domingo se hacía una breve pausa en la penitencia cuaresmal, enfatizando que la penitencia no se cierra en sí misma, sino que nos abre a la esperanza de la salvación. En este domingo se pueden poner flores en el altar y usarse ornamentos rosas en vez de morados.
LECTURA: lo que dice la Palabra de
Dios
Jesús tiene encuentros con personas
concretas, nos relata san Juan, y uno de los primeros diálogos fue con Nicodemo,
un magistrado judío. Y en este relato Jesús le dice: así como la serpiente de
bronce fue elevada por Moisés y se curaban aquellos que habían sido mordidos con
tan solo mirarle (Núm 21, 8-9), así también el Hijo del hombre, con su muerte en
la cruz será elevado para salvación, y aquel que crea en Cristo, recibirá la
Vida eterna. Porque Dios ama tanto al mundo que le entregó a su Hijo único. Sin
embargo siempre habrá alguien que se cierre, que prefiere las tinieblas, que
prefiere el mal, termina diciendo el relato.
MEDITACION: lo que dice a mi vida la Palabra de
Dios.
Y el relato del Evangelio nos presenta diversos contrastes:
juicio-salvación, luz-tinieblas, hacer el mal-hacer la verdad. Y nos habla de
una manera positiva: Dios que amaba a Israel, y fue así siempre, sólo Dios es
capaz de dar un nuevo espíritu, porque es siempre rico en misericordia y de
grande amor. Dios que ama tanto al mundo es capaz de entregar a su Hijo
unigénito.
Las palabras
del Evangelio son respuesta a unas preguntas que Nicodemo había hecho a Jesús
cuando fue a verlo de noche y muestran el amor de Dios que entrega su Hijo para
la salvación del mundo. San Juan al hablarnos del símbolo de la serpiente
recuerda como Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne, débil y mortal, era
necesario que El fuera elevado de la tierra para que todo aquel que crea tenga
vida eterna. En cuatro ocasiones nos dice que la entrega del Señor es ‘para
todos’ y será en el mundo, el lugar de la salvación de Dios para todos y cada
uno en Cristo Jesús. Es un grande signo de amor dar la vida por los que se ama;
sin embargo, es un gesto todavía más significativo dar la vida del propio hijo
porque se ama.
En este
Evangelio encontramos solo propuestas de salvación. Y esto vale lo mismo para la
Iglesia, porque Ella es constantemente propuesta de salvación para si misma y
para todas las gentes; porque es lo que Jesús le ha
confiado.
ORACIÓN: lo que digo a Dios inspirado por su Palabra y
desde mi vida.
Señor, te manifestaste en Jesús, a través
de signos y palabras. Este amor del Padre no se encerrado en sí mismo, sino que
se ha manifestado en la encarnación y en la entrega de su Hijo amado como la
gran manifestación de amor: “tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo
único, para que todo el que crea en El, no perezca, sino que tenga vida eterna”.
Señor, que has sido levantado en la cruz para salvarnos. Al mirar a Jesús en la
Cruz, las gentes crean para que vivan en la luz y en la verdad, y no en
tinieblas. Porque “has sido levantado en la Cruz para que todo el que crea tenga
vida eterna”. Ayuda a tu Iglesia para que anuncie a todos, y descubran que
viniste a salvar y no para condenar.
Contemplación: hago silencio, alabo y adoro al Señor que se
me ha mostrado en su Palabra. Me pongo algún propósito en lo personal, lo
familiar.
Vayamos preparando la renovación de
nuestro bautismo en la Noche Santísima de la Pascua. Y preparemos nuestra
confesión para hacerla antes del Jueves Santo y poder entrar al Triduo de la
Pascua: Viernes, Sábado y Domingo, o sea, del Señor Crucificado, Sepultado y
Resucitado.
La Paz con ustedes.
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