jueves, 14 de febrero de 2013

lectio 1 DCuar C

1 Domingo de Cuaresma, C.
 
Iniciamos el tiempo de Cuaresma cuyo sentido es preparar la Pascua Cristiana, es decir, la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. Reflexionar sobre las tentaciones a las que es expuesto Jesús en el desierto es una invitación para cada uno de nosotros a responder a una pregunta fundamental: ¿qué cosa cuenta realmente en mi vida?
 
Texto de Lucas 4, 1-13 (Léelo serena y tranquilamente una o varias veces hasta desentrañar parte de su estructura, personajes y organización).
 
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio.
No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan". Jesús le contestó: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre".
Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: "A mi me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras". Jesús le respondió: "Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás".
Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras". Pero Jesús le respondió: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
Concluidas las tentaciones, el diablo se retiro de él, hasta que llegara la hora.
 
Lectura (Lectura de lo que dice el texto en sí mismo para entenderlo mejor): Nos presenta a Jesús que dócil al Espíritu Santo se "interna en el desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por el demonio". Nos presenta tres momentos en los que Jesús sufre la tentación. Y Jesús responde con la obediencia al Padre y la fuerza de la Palabra de Dios; así puede vencerlas. "Sí eres Hijo de Dios" le dice el demonio; y Jesús responde. "No solo de pan vive la persona"(Dt 8,3); y "adorarás al Señor tu Dios y a El sólo servirás"(Dt 6,13), le dice al demonio para que lo reconozca; y le responde: "también está escrito: no tentarás al Señor, tu Dios"(Dt 6,16), porque le decía que los ángeles le sostendrían (Sal 91, 11-12). Concluidas las tentaciones, el demonio, se retiró de él, hasta que llegara la hora.
 
Meditación (Reflexión personal y profundización sobre la palabra, lo que a mí me dice ahora en mi familia, vida y circunstancias): Todos los años al inicio de la Cuaresma la Liturgia nos propone la narración de las tentaciones de Jesús, que son una síntesis de todas las tentaciones que El sufrió a lo largo de su misión para darnos la salvación a todos. El hecho de las tentaciones de Jesús manifiesta que las vence porque estaba de manera incondicional obediente a la voluntad de Dios y conocía muy bien las Escrituras. El rechaza al demonio con la Palabra de Dios. Las tentaciones de Jesús nos muestran el misterio de su persona: es el Hijo de Dios hecho hombre. Las sufre realmente; mostrando así su incondicional obediencia y aceptando el proyecto de salvación que el Padre tiene y que el demonio con insistencia quiere apartarlo. Jesús rechaza la tentación de ser un mesías de la abundancia, del poder y del prestigio. La expresión "… hasta que llegara la hora" significa que Jesús experimentará la prueba, la hora, en el momento de su Pasión, que lo llevaría a la Muerte y vencería con su Resurrección. Después de sufrir las tentaciones y haberlas superado Jesús comienza decididamente su actividad y presentará su programa de salvación. Con todo ello, se nos muestra, así, a los cristianos, tanto de ayer como de ahora, y que aman a su Salvador, que ante la experiencia de la tentación, se sientan cercanos a El en el accidentado camino de la vida, que también conlleva el camino de la tentación. Son las tentaciones que toda persona y las comunidades cristianas experimentan porque quieren apartarlos de conseguir la salvación. Somos invitados a hacer ya desde este mundo el mundo que quiere Dios, arrojando fuera esas tentaciones presentadas por el tentador. El testimonio de Jesús nos invita para que podemos ser fieles a los planos de Dios y podemos vivir la santidad de Dios, porque podemos triunfar sobre la necesidad, el postrarse a los ídolos y sobre la duda que nos quiere apartar de la fidelidad y verdad de Dios. ¿Cuáles son las tentaciones para el cristiano hoy? ¿De qué falsos dioses  nos tenemos que liberar? ¿De cuáles criterios de vida nos tenemos que apartar para ser fieles a Dios? ¿Y ya desde que soy joven o adolescente, cuáles son las tentaciones que me apartarían del Señor?
 
Oración (Lo que le digo, desde mi vida, al Dios que me habla en su evangelio. Le respondo): Señor, cuando experimentaste las tentaciones nos mostraste como vencerlas, ya que las viviste realmente, porque el demonio te quería apartar de la obediencia al Padre. Por eso, nosotros los creyentes recurrimos a Ti, para que nos fortalezcas, porque el demonio también nos quiere apartar; y sabemos que las venceremos con tu ayuda puesto que eres la Palabra de Dios. Ayúdanos, para que también como Jesús depositemos nuestra confianza en Dios nuestro Padre, puesto que somos hijos, y somos confortados por el Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios. Señor, que con nuestra vida "adoremos al Señor nuestro Dios y al El sólo le sirvamos" todos los días de nuestra vida. Aparta y libera a la Iglesia de todo mal. Amen.
 
Contemplación (Hago silencio, me lleno de gozo, me dejo iluminar, adoro, alabo y tomo decisiones para actuar de acuerdo a la Palabra de Dios en mi vida ordinaria personal, familiar, social, laboral, escolar…) Este es el primero de cinco domingos en que Jesús nos invitará a la conversión reconociendo a Dios como nuestro Señor. Por eso, en esta Cuaresma, como buen discípulo-misionero del Señor estaré más cerca de la Palabra de Dios, leyéndola, meditándola. Procuraré en este tiempo conocer y vivir mejor mi vida cristiana; me comprometeré en ayudar a la comunidad cristiana y a la sociedad y a la familia; acercando a los más alejados al Señor; participaré en los ejercicios espirituales o pláticas cuaresmales; estaré dispuesto a algunas renuncias; me dispondré para confesarme y cambiar de vida; todo esto y más…; para estar dispuesto espiritualmente y llegar preparado a la Pascua y vivir como Iglesia nuestra fe.
 
"En este tiempo de Cuaresma, en el Año de la Fe, renovemos nuestro esfuerzo en el camino de conversión, para superar la tendencia de cerrarnos en nosotros mismos y para hacer, en vez de eso, espacio a Dios, mirando con sus ojos la realidad cotidiana. La alternativa entre cerrarnos a nuestro egoísmo y la apertura al amor de Dios y los demás, podríamos decir que corresponde a la alternativa de las tentaciones de Jesús: alternativa entre el poder humano y el amor de la Cruz, entre una redención vista solo en el bienestar material y una redención como obra de Dios, al que debemos dar el primado en la existencia.
Convertirse significa no cerrarse en la búsqueda del propio éxito, del propio prestigio, de la propia posición, sino hacer que cada día, en las pequeñas cosas, la verdad y la fe en Dios y el amor se conviertan en la cosa más importante", BXVI.
 
 
 
La Paz con ustedes.

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