jueves, 16 de enero de 2014

lectio 2 DOrd A

 
La Paz con ustedes.
 



 
 
 
2 Domingo Ordinario, A
 
Comenzamos el tiempo que se llama Ordinario. Después de haber celebrado adviento, navidad, epifanía, viviremos el llamado tiempo Ordinario, en el período que va desde Epifanía hasta el comienzo de la Cuaresma; para retomarse nuevamente después del Pentecostés, hasta la fiesta de Cristo Rey. Lo distinguimos por el color verde en los ornamentos del celebrante.
 
Texto del Evangelio de San Juan 1, 29-34 (Léelo serena y tranquilamente una o varias veces hasta desentrañar parte de su estructura, personajes y organización)
 
En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús, que venía hacia él, y exclamó: "Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo he dicho: 'El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo' Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que él sea dado a conocer a Israel".
Entonces Juan dio este testimonio: "Vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo'. Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.                                                                                        
 
 
Lectura (Lectura de lo que dice el texto en sí mismo para entenderlo mejor): Por un lado nos presenta a Jesús que viene hacia Juan el Bautista, Jesús que está de camino, que comienza su ministerio. Por otro lado nos presenta a Juan Bautista que da testimonio de Jesús diciendo: que Jesús "es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Él tiene precedencia sobre mí", y añade que fue testigo de lo que sucedió cuando Jesús fue bautizado: "El Espíritu descendió en forma de paloma y se posó sobre Él", y sobre el que se pose el Espíritu Santo: "Ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo", "Él es el Hijo de Dios". Una de las palabras claves de este evangelio es "dar testimonio" (vv 32.34) que viene repetido dos veces. Y otra, es el verbo "ver", señalado por Juan el Bautista; además de ver con los propios ojos de carne, es necesario ver más en profundidad. Y el texto nos repite tres veces: "Este es Aquel…"
 
Meditación (Reflexión personal y profundización sobre la palabra, lo que a mí me dice ahora en mi familia, vida y circunstancias): Uno de los temas de meditación es el testimonio del Bautista al reconocer a Jesús como el "Hijo de Dios": solamente es posible por el Espíritu. Sin ese don del Espíritu Santo no es posible reconocer a Jesús y mucho menos seguirlo, lo que quiere decir que el testimonio no se agota con el anuncio sino que comporta toda la vida, una vida coherente con aquello que se predica. Así vemos a Juan el Bautista que fue disponible y con suficiente coraje para decirlo en público: afirmando la misión de Jesús, señalando en Jesús el "Cordero que quita el pecado", y envió a Jesús a todos los que habían acudido a él. Como en el tiempo de Juan el Bautista, hoy sigue Dios necesitando de gentes que den testimonio. Nos hacen falta creyentes que se dediquen a vivir testimoniando cuanto creen.
 
Oración (Lo que le digo, desde mi vida, al Dios que me habla en su evangelio. Le respondo): Te alabamos a Ti Señor Jesús, tu eres el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, el que ya existía antes que todos, el que da su vida por nuestra salvación, eres tú el que pasando sobre Ti el Espíritu Santo, vienes a bautizarnos con este mismo Espíritu Santo. Tú eres Jesús, el Hijo de Dios. ¡Oh Padre! te pedimos que nos ilumines con el Espíritu Santo para que podamos conocer a Jesús y dar testimonio de Él, en lo ordinario de la vida, en los acontecimientos, en las cosas, en las personas para que después, de la misma manera en que Juan actuó, podamos verlo y dar testimonio de Él. Te pedimos que nos perdones, puesto que eres el Cordero de Dios, por las veces en que nosotros mismos nos ponemos una venda en los ojos para no verte y por lo tanto no damos testimonio de Ti.
 
Contemplación (Hago silencio, me lleno de gozo, me dejo iluminar, adoro y alabo, y tomo decisiones para actuar de acuerdo a la Palabra de Dios en mi vida ordinaria personal, familiar, laboral, social, escolar…)…
 
Saludos y bendiciones. ¡Feliz domingo!
 
 
La Paz con ustedes.






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