miércoles, 11 de marzo de 2015

lectio 4 Domingo de Cuaresma B

4 Domingo de Cuaresma, B.
 
Lectura Orante de la Palabra del Evangelio de san Juan 3, 14-21
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él, no será condenado; pero el que no cree, ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
LECTURA: lo que dice la Palabra de Dios
Jesús tiene encuentros con personas concretas, nos relata san Juan, y uno de los primeros diálogos fue con Nicodemo, un magistrado judío. Y en este relato Jesús le dice: así como la serpiente de bronce fue elevada por Moisés y se curaban aquellos que habían sido mordidos con tan solo mirarle (Núm 21, 8-9), así también el Hijo del hombre, con su muerte en la cruz será elevado para salvación, y aquel que crea en Cristo, recibirá la Vida eterna. Porque Dios ama tanto al mundo que le entregó a su Hijo único. Sin embargo siempre habrá alguien que se cierre, que prefiere las tinieblas, que prefiere el mal, termina diciendo el relato.
 
MEDITACION: lo que dice a mi vida la Palabra de Dios.
Y el relato del Evangelio nos presenta diversos contrastes: juicio-salvación, luz-tinieblas, hacer el mal-hacer la verdad. Y nos habla de una manera positiva: Dios que amaba a Israel, y fue así siempre, sólo Dios es capaz de dar un nuevo espíritu, porque es siempre rico en misericordia y de grande amor. Dios que ama tanto al mundo es capaz de entregar a su Hijo unigénito.
Las palabras del Evangelio son respuesta a unas preguntas que Nicodemo había hecho a Jesús cuando fue a verlo de noche y muestran el amor de Dios que entrega su Hijo para la salvación del mundo. San Juan al hablarnos del símbolo de la serpiente recuerda como Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne, débil y mortal, era necesario que El fuera elevado de la tierra para que todo aquel que crea tenga vida eterna. En cuatro ocasiones nos dice que la entrega del Señor es 'para todos' y será en el mundo, el lugar de la salvación de Dios para todos y cada uno en Cristo Jesús. Es un grande signo de amor dar la vida por los que se ama; sin embargo, es un gesto todavía más significativo dar la vida del propio hijo porque se ama.
En este Evangelio encontramos solo propuestas de salvación. Y esto vale lo mismo para la Iglesia, porque Ella es constantemente propuesta de salvación para si misma y para todas las gentes; porque es lo que Jesús le ha confiado.
 
ORACIÓN: lo que digo a Dios inspirado por su Palabra y desde mi vida.
Señor, te manifestaste en Jesús, a través de signos y palabras. Este amor del Padre no se encerrado en sí mismo, sino que se ha manifestado en la encarnación y en la entrega de su Hijo amado como la gran manifestación de amor: "tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en El, no perezca, sino que tenga vida eterna". Señor, que has sido levantado en la cruz para salvarnos. Al mirar a Jesús en la Cruz, las gentes crean, para que vivan en la luz y en la verdad, y no en tinieblas. Porque "has sido levantado en la Cruz para que todo el que crea tenga vida eterna". Ayuda a tu Iglesia para que anuncie a todos, y descubran que viniste a salvar y no para condenar.
 
Contemplación: hago silencio, alabo y adoro al Señor que se me ha mostrado en su Palabra. Me pongo algún propósito en lo personal, lo familiar.
Vayamos preparando la renovación de nuestro bautismo en la Noche Santísima de la Pascua. Y preparemos nuestra confesión para hacerla antes del Jueves Santo y poder entrar al Triduo de la Pascua: Viernes, Sábado y Domingo, o sea, del Señor Crucificado, Sepultado y Resucitado.
 
 
 
La Paz con ustedes.

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