12 / 20 diciembre de 2015
[versión disponible en PDF, disponible hasta 27.12.2015]
1er Lectura: Is 7, 10-14; 8, 10 / Miq 5, 1-4
2a Lectura: Gal 4, 4-7 / Heb 10, 5-10
Salmo: Salmo 66, 2-3.5.7-8 / 79, 2-3.8-9.18-19
Evangelio: Lc 1, 39-48a [+48b-55]
39Levantándose pues María en aquello días fue a la serranía con premura hacia una ciudad de Judá 40y entró a la casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41Y sucedió que como escuchó Isabel el saludo de María, el niño saltó en su seno e Isabel fue llena de Espíritu Santo 42y exclamó a gran voz y dijo: "Bendita eres tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno. 43¿De dónde esta cosa a mí para que la madre de mi Señor venga a mí? 44He aquí que como fue la voz de tu saludo a mis oídos, el niño saltó con gran gozo en mi seno. 45Sea bendita la que ha creído porque será cumplida a ella los dichos de parte del Señor."
46Entonces dijo María: "Engrandece mi alma al Señor, 47y proclama mi espíritu en Dios, mi salvador. 48Porque se ha fijado en la humildad de su sierva. [He aquí, pues, desde ahora todas las generaciones me declararán bienaventurada, 49pues el Poderoso ha hecho grandezas en mí, su nombre es santo 50y su misericordia es de generación en generación con los que lo temen. 51Hizo poder con su brazo, dispersó a los arrogantes en pensamiento y corazón. 52Desbancó a los poderosos de los tronos y elevó a los humildes. 53A los desposeídos ha llenado de bienes y a los ricos los despide vacíos. 54Acogió a Israel su hijo habiéndose recordado misericordia, 55según ha dicho a nuestros padres, a Abraham y su descendencia por los siglos."]
¡Gloria a ti, Señor, Jesús!
LECTIO Busca leyendo…
María se levanta y va presuorsa, es la misma actitud que tendrán las mujeres en la mañana de la resurrección (Mc 16, 2; Lc 24, 1; Jn 20, 1). Algo hay de nuevo que comienza, la inserción del Salvador en la historia, ya presente en las entrañas de María. La región montañosa de Judá es la zona de Jerusalén, un lugar cercano a la morada de Dios. El salto del niño en el vientre expresa una sensación de fuerte conmoción, la misericordia divina se expresa con un movimiento en las entrañas (Jr 31, 20; Os 11, 8). Aquí es una vida nueva, una nueva generación que se mueve por la llegada del Salvador en el vientre de María. Isabel queda llena de Espíritu Santo, las palabras que dirá serán pues inspiradas, actuando a la par de los profetas (Jue 6, 34; 11, 29; 13, 25; 1Sm 10, 6; Is 61, 1; Ez 2, 2): lo dicho por Dios será cumplido.
El cántico de respuesta de María tiene un antecedente famoso, el cántico de Ana, madre de Samuel, que agradece el ser bendecida sobre su esterilidad (1Sm 2, 1-10). Hay quien dice que María expresa doblemente el canto: como buena israelita agradece con las palabras de la Escritura la acción divina en su pariente y alaba a Dios en su nombre, o también anuncia una profecía sobre sí misma en un mismo movimiento espiritual, estando ella previamente llena del mismo Espíritu (Lc 1, 35). Son potentes las repeticiones de algunas palabras: los humildes, las generaciones, la misericordia. La respuesta de alabanza parte de una acción de Dios: mirado fijamente, ha hecho maravillas, su nombre es santo y su misericordia se muestra por generaciones. Se trata de la misma dinámica liberadora del éxodo (Ex 3, 7.15.20). El cambio de las suertes de los humildes y hambrientos nos muestran que no es el esfuerzo humano, sino la potencia divina la que actúa; mientras que con los ricos y arrogantes – de pensamiento y corazón –, nos muestra el destino de los confiados en sí mismos. La misericordia se extiende por generaciones en virtud del recuerdo de Dios a su promesa, Él acoge a Israel como hijo, como siervo, Él abarca a la descendencia de Abraham dentro de todo el arco del tiempo. Sólo un requisito: temer al Señor (Prov 1, 7; 9, 10; Salmo 111, 10).
MEDITATIO … y encontrarás meditando...
Dejémonos mirar por Dios para ver como Dios.
Dios se muestra solícito a socorrer con misericordia a quienes claman a él, y les responde con signos potentes y magníficos, especialmente a través de los humildes, de los pequeños. ¿Acaso Dios desprecia a los grandes y poderosos? Ciertamente Él es Padre amoroso de todos los hombres, pero muestra el poder de su brazo en la humildad de quienes lo temen porque son éstos quienes están abiertos a su acción, a su Palabra, sólo el humilde es capaz de conmoverse (Is 66, 2). El rico, el arrogante de pensamientos y sentimientos, es incapaz de abrirse a la Misericordia, porque confiado en su autosuficiencia se niega al don gratuito. Creyéndonos merecedores, desmerecemos.
María se muestra humilde en el servicio; Isabel en su esterilidad reconoce la mano potente de Dios – y es signo para María de la Misericordia Divina para la cual nada es imposible (Lc 1, 36-37) – y así ellas se pueden dejar llenar por el Espíritu Santo. Se cumple así lo dicho: los hambrientos, los humildes serán llenados de bienes; los ricos y arrogantes regresan vacíos.
La reticencia a reconocernos humildes delante de Dios se acentúa al constatar que si nos dejamos ver por Él, nos descubriremos siempre y cada vez más, inmerecedores de toda gracia. Esta mirada fija de Dios sobre nuestra humillación se vuelve nuestra; pero la fe nos lleva a pasar de esta mirada "objetiva" a una "subjetiva", no ver sólo lo que somos, sino lo que Él nos ama Dios. Pasar y releer nuestra vida a la luz de sus promesas. Y descubrimos que que todo es Gracia, que somos benditos, bienaventurados, porque nos acoge como hijos. Mas este don de Dios no se da en solitario, se de generación en generación, su Misericordia nos constituye como una familia. Así el gozo pasa de padres a hijos y de hijos a padres, como pasa la promesa de Abraham a su descendencia, como pasa el gozo del niño a Isabel.
ORATIO … llama orando...
Salmo 135:La oración litánica con un continuo repetir de un estribillo, une y sintetiza tantos motivos de oración. Así hace este salmo, invitándonos a contemplar nuestra historia "de generación en generación" y descubrir la acción salvífica de Dios en ella, "porque eterna es su misericordia". Hagamos oración con este salmo, pero no se agotan los motivos de alabanza en él, añadamos motivos, dejémonos conmover por su presencia en nuestras propias vidas, por ejemplo:
- Él nos envió a su Hijo hecho carne, porque es eterna su Misericordia.
- Él me ha dado consuelo en mis dificultdes, porque es eterna su misericordia.
- Etc., porque es eterna su misericordia.
Amén.
CONTEMPLATIO … y se te abrirá por la contemplación!
Contemplar desde la imagen. El logotipo del Jubileo de la Misericordia, hecho por el P.Iván Rupnik, presenta un hermoso juego con la mirada de Dios y la mirada del hombre, compartiendo un solo ojo. Se hace uno solo por la cercanía. Observo, contemplo y me contemplo desde este juego de miradas. ¿Qué siento? ¿Qué descubro? ¿Qué me pide Dios? ¿Cómo respondo a esta petición?
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