martes, 19 de mayo de 2009

Ascención del Señor, B (24 mayo 2009)


Texto para leer, meditar y orar:
Marcos 16, 15-20.
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado.. Éstos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”.

El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían.



Lectura: (Lo que dice el texto).

El evangelio de hoy es una síntesis de lo que sucedió a Jesús a partir de la resurrección: habla de la Ascensión y lo que llama la atención de este evangelio es el encargo de la misión del Resucitado a sus apóstoles para que hagan discípulos en todas las partes del mundo. Se describe esta misión de la misma manera que Jesús la puso en práctica en el mismo evangelio de Marcos. Por tanto, Él es el modelo de nuestra predicación y de nuestros compromisos cristianos. El Reino, ahora, se hace presente cuando sus discípulos se empeñan, como Jesús, en vencer el mal del mundo y en hacer realidad la liberación de todas las situaciones angustiosas de la vida por medio del evangelio.

La fiesta de la Ascensión del Señor es la celebración de la última aparición del Señor Jesús resucitado a sus discípulos. Es la fiesta de una partida-ausencia (de Cristo) en beneficio de una presencia-responsabilidad (de la iglesia), de la cual el Espíritu del Resucitado es el alma invisible. El evangelio nos presenta los últimos recuerdos que los discípulos conservaron de Jesús: la escena nos describe la despedida de Jesús, su abandono de nuestro mundo y su retorno al mundo de Dios; el tiempo de convivencia con él había llegado a su fin, sin que ellos pudieran hacer nada en contra para que siguiera conviviendo con ellos; pero tuvieron que empezar a aprender a vivir sin tenerle con ellos, al alcance de su vista y de su corazón.

La aparición del Resucitado y el mandato misionero a los Once, lo mismo que la Ascensión son los dos breves relatos del evangelio de hoy.. Los discípulos reciben el encargo de ir a misionar a todos los pueblos; “predicar el evangelio” se ha vuelto una expresión técnica de la actividad misionera y el contenido es anunciar la vida, muerte y resurrección de Cristo. Y los signos son expresiones de la presencia del nombre de Jesús salvador y no por virtud propia del mediador humano.


Meditación (Lo que te dice Dios desde el texto).

Jesús sube junto a Dios y los discípulos viven en la tierra su ausencia; tal es el destino de los discípulos de Cristo en el mundo; vivir sin ver a Cristo a su alrededor, en su mundo, en su corazón.

Y sin embargo, Jesús no dejó solos a sus discípulos, los deja bien atareados, no los abandona, ya que les deja un importante quehacer, un deseo por cumplir, un testamento; sus últimas palabras encierran, en efecto, su última voluntad: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio”. Ha impuesto al discípulo el tenerle en sus pensamientos, en su palabra hasta que se le pueda tener de nuevo y para siempre entre manos; teniendo que estar ausente, no quiere ser olvidado. Que haya dejado físicamente al discípulo, no significa que lo haya abandonado: está ante Dios intercediendo por cada uno de sus discípulos, siempre y cuando el discípulo se dedique a anunciarle y a proclamarle.

El mundo ha de saber que Cristo vive, que Él vendrá, que está junto a Dios; y el discípulo está en el mundo para decírselo. Para que la predicación de los discípulos convenza al mundo, debe ir acompañada de un compromiso personal con el mundo y de los signos de los creyentes. El mundo está esperando que la promesa de Jesús se realice y que quienes le hablan de Dios, se lo hagan visible en su forma de vivir.

Mientras se proclame el evangelio por todas partes, el discípulo sentirá la presencia del Señor que trabaja en él y por medio de él. Sólo se siente huérfano de Jesús quien no lo predica como él quiere: porque todo el que da testimonio de Él con la vida y su lucha diaria contra el mal, se siente confortado por la compañía de Jesús y la eficacia de su poder.



Oración (Lo que Tú le dices a Dios desde tu vida iluminada `por el texto)

Hoy, Señor Jesús, reconociendo tú partida de entre nosotros, tenemos que reconocer que así fue tu voluntad, estar sentado junto al Padre en tu Señorío y dejarnos solos, con tu recuerdo en el corazón. Tenemos que aprender a vivir tu ausencia porque así lo has querido y así lo ha querido el Padre. Tu deseo es que llevemos adelante tu testamento como una forma nueva de presencia tuya en medio nuestro: quieres que proclamemos tu evangelio por todo el mundo, esta es nuestra tarea y lo que nos mantendrá ocupadas nuestras vidas y nuestros pensamientos.

Cuando te has ido, Señor, nos has dejado como herencia y tarea hablar a los demás de Tí; de Tí que llena de alegría nuestro corazón y que mueves nuestra esperanza para anunciarte que estás en nuestro mundo. Señor que con el buen ejemplo de nuestra vida les anunciemos a los demás tu presencia.



Contemplación (Agradece a Dios, adora y alaba el misterio de su presencia en tu vida). Reflexiona sobre los momentos en que descubres la presencia de Dios en tu vida.

Mi mejor deseo en este mes de Mayo, en este mes de la Virgen María, y Felicidades por la fiesta de María Auxiliadora de los Cristianos en este 24 de Mayo.



Nacho, SDB.

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