miércoles, 5 de junio de 2013

lectio 10 DOrd C

10 DOMINGO ORDINARIO, C.
Texto a meditar y orar del Evangelio de San Lucas  7, 11-17
 
Evangelio.
En aquel tiempo se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre. Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: "no llores". Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces dijo Jesús: "Joven, yo te lo mando: levántate".  Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre. Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo. "Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo". La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas.                              Palabra del Señor.
 
Lectura (Lectio): Busca leyendo (¿Qué te dice el texto en sí mismo) lee atentamente varias veces el texto evangélico y descubre todos los detalles, personajes,  actitudes y relaciones.
El Evangelio de Lucas presenta detalles muy precisos respecto al joven muerto: hijo único de una madre que era viuda; después dice que Jesús se lo entregó a su madre y al final menciona que la gente que es testigo del milagro suelta una fuerte exclamación  de fe, "un gran profeta ha surgido entre nosotros". Es conveniente estudiar gestos y movimientos de Jesús: Jesús va de paso… ve la escena…"El Señor la vio…" "se compadeció de ella"; se acerca y toca el ataúd; se lo entrega a su madre… Un relato lleno de gestos humanos que anteceden al milagro que se realizará mediante la resurrección del muchacho.
 
Meditación: (Meditatio) "…y encontrarás meditando". (Qué te dice a Ti el texto). Reflexiona y profundiza la Palabra.
            El cortejo fúnebre va de camino al cementerio: es el cortejo del dolor, de la total impotencia ante el poder de la muerte: Con él se cruza el cortejo de Jesús: es el cortejo de la vida y del poder sobre la muerte. Jesús se dirige a la madre movido de compasión para decirle ¡no llores!  Porque tiene el poder para acercarse al hijo difunto y ordenarle ¡levántate!  Lucas en su evangelio es quien describe con mayor  claridad el aspecto misericordioso de la acción de Jesús; y este relato guarda una grande relación con la escena  del Calvario cuando Jesús, en la cruz, entrega a Juan a María su madre como su hijo. La alegría de la madre fue posible, porque tuvo la suerte de encontrarse en el camino al cementerio con Jesús que le tuvo compasión apenas la vio y no fue insensible a su sufrimiento y dolor. Ella no escondió su pena y Jesús no pudo esconder su lástima y se dio el milagro del Señor.
           
Oración: (Oratio) "Llama orando" (¿Qué le digo yo a Dios).
             Señor Jesús creemos que eres el Señor de la vida y de la muerte, creemos en tu poder y en tu amor. Creemos que has elegido tocar a los enfermos y a los leprosos de este mundo y hacerles presente mediante la compasión el amor de tu Padre; has mostrado simpatía hacia los más necesitados, hacia los que más sufren las injusticias; sufres con la muerte del hijo, el dolor, la tristeza y el abandono de la madre. De ahora en adelante, queremos ser los primeros en hacernos conscientes de todo lo que el mundo ama, desea y sufre. Queremos ser nosotros mismos los primeros en compartir aún a costa de sacrificio, en ser más humanos y más nobles que todos los servidores de este mundo.
           
Contemplación (Contemplatio): "…y se te abrirá por la contemplación"  
Deja que tu corazón se vaya quedando en silencio y contempla escena del evangelio y descubre los momentos en que has palpado la mirada y la acción de Dios en tu vida y repite el pasaje "sed compasivos como mi Padre es compasivo".
 
 
 
 
 
 
La Paz con ustedes.

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