miércoles, 16 de abril de 2008

5º Domingo Pascua A (20 abril 2008)


Texto a reflexionar y rezar:

Juan 14, 1-12


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque voy a prepararles un lugar. Cuando me vaya y les prepare un sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy”. Entonces Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Jesús le respondió: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”. Le dijo Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le replicó: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre”.


Lectura (Lectio): lee atentamente el texto cuantas veces sea necesario hasta identificar su estructura: personajes, verbos, lugares, relaciones entre ellos y el mensaje central.


El Evangelio habla del momento en que Jesús se despide de sus discípulos durante la última cena y los invita a creer en Él; el ambiente está cargado de una dolorosa sorpresa por la traición de Judas y la triple negación de Pedro, pero al mismo tiempo esta inundado de un fuerte afecto por la cercana despedida de Jesús. Por eso, Jesús consuela a sus discípulos y los invita a tener una fe más grande y profunda no sólo en Dios sino también en él, que es el Hijo predilecto de Dios. Su partida tendrá que pasar a través de la muerte pero tendrá como meta la casa del Padre. Y es justamente sobre ella que ahora Jesús se detiene a comentar. Su partida no es definitiva sino que va a preparar un lugar para los suyos.
Y así explicándoles, Jesús afirma su unidad con el Padre, hasta tal punto de decirles que verlo a Él es ver a Dios y la única forma de encontrase con Dios es creyendo y siguiéndolo a Él. De igual forma, quien crea en Jesús, participará también de su poder divino y hará, como Jesús, grandes milagros.

Meditación (Meditatio): saca del texto aquello que Dios nos dice a todos y te dice a ti en tu propia realidad.


Jesús se presenta como el Camino, la Verdad y la Vida; si no se pasa por Él nadie llega a Dios. Jesús Resucitado es el rostro humano de Dios, desde donde Dios nos mira y en el que podemos admirar a Dios
La fe en Dios ha de vivirse de ahora en adelante como fe en Jesús; su nueva vida le ha vinculado a Dios; Él ha de estar con su Padre.
Qué bueno que Tomás le preguntó a Jesús: “¿Cómo podemos saber el camino?”. El discípulo encuentra el camino de recuperación de su soledad si toma la vida de Jesús como camino de su vida, como verdad para sus dudas, como vida para sus muertes. Jesús es el camino, el método y la meta final de realización del hombre y de la mujer, que han sido pensados por Dios para compartir en Comunión. Y esta es la manifestación más grande del Padre a la toda persona; que en Jesús, el Padre se nos muestra amándonos y salvándonos. “Sólo Él nos muestra al Padre”.
Aceptar a Jesús como el camino, la verdad y la vida, significa poner a Cristo Jesús en el centro de nuestra vida, hacerle la razón de nuestras decisiones y el juez de nuestros sentimientos.
¿No resulta impresionante y significativo que Jesús tenga que rogar a sus discípulos que le crean?

Oración (Oratio): desde el texto y desde tu vida háblale y respóndele a Dios.


Señor Jesús, que eres el Camino, la Verdad y la Vida, alimenta nuestra pobre fe en el momento en que sentimos que nos tienes que dejar para prepararnos un lugar junto a tu Padre. Si nos dices que hay muchas mansiones y que tenemos cabida ahí, te queremos agradecer por invitarnos a compartir la intimidad contigo y con tu Padre.
Hoy el camino que tenemos que realizar es creer en Ti; Descubrirte a Ti, Señor Jesús, actuando en nuestro mundo es empezar a descubrir y a “conocer” quien es Dios para nosotros y cuál es su voluntad en nosotros y sobre nuestras vidas.
El que Tú, Señor Jesús, te alejes de nuestro mundo, nos hace experimentar a los que nos consideramos tus discípulos una cierta soledad de la vida; pero nos hace también entender que es la actitud que debe vivir el seguidor tuyo, alimentando su vida de una grande fe y confianza en Ti al saberte y descubrirte como Camino, Verdad y Vida.
Ésta es nuestra tarea, aprender a conocerte, y confiar en Ti.

Contemplación (Contemplatio): haz silencio y en lo más hondo de tu corazón adora, alaba y bendice a Dios que te habla y te invita al Camino cierto, a la verdadera Verdad y a la eterna Vida; y toma algún buen propósito para que lo ofrezcas a Jesús resucitado durante esta semana quinta del tiempo de Pascua.


Nacho, SDB.

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