jueves, 6 de noviembre de 2008

Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán (9 de noviembre de 2008)


Esta fiesta nos hace ver el significado y el valor del templo en la vida religiosa del Pueblo de Dios y sobre la función cultual de nuestras iglesias catedrales y parroquiales.

En el año 324 fue erigida la primera basílica (casa del rey) por el emperador Constantino en el palacio de Letrán. Inicialmente sólo era una fiesta para la ciudad de Roma y desde el año 1565 se extendió a todas las iglesias.

La Archibasílica de San Juan de Letrán o San Giovanni in Laterano es la Catedral de Roma, donde se encuentra la sede episcopal del Obispo de Roma (el Papa). Está dedicada a Cristo Salvador, sin embargo es más conocida con el nombre de san Juan de Letrán porque tanto Juan Evangelista como Juan Bautista indicaron al Salvador.

El nombre oficial es Archibasilica Sanctissimi Salvatoris, es la más antigua y la de rango más alto entre las cuatro basílicas mayores o papales de Roma, y tiene el título honorífico de "Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput" (madre y cabeza de toda las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la tierra), por ser la sede episcopal del primado de todos los obispos, el Papa. Fue consagrada por el Papa San Silvestre I.


Lectio Divina del Texto
Juan 12, 13-22.

Cuando se acercaba la Pascua de los Judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”.

En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.

Después intervinieron los judíos para preguntarle: “¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?”. Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.

Lectura:

Este relato los discípulos lo entendieron mejor ya después de la resurrección del Señor y recordaron lo sucedido. Nos presenta este texto cuando Jesús llega a Jerusalén por motivo de la Pascua, y se acercó al Templo. Primero nos hace ver la situación de cómo lo encontró; segundo, la actitud de Jesús, y nos presenta la reacción del Señor, al contemplar cómo habían transformado la Casa de su Padre; en tercer lugar, el pensamiento de los judíos en relación al significado del templo; y finalmente para los discípulos qué significado tuvo este hecho de la vida del Señor ya Resucitado.

Meditación.

Esta acción de Jesús nos hace ver que el Templo es la Casa de Dios, Padre Nuestro. Está anunciando una nueva víctima: a El mismo y no ya los animales destinados al sacrificio; y, sobretodo, Jesús con su Resurrección nos ha indicado cómo es ahora nuestra relación con el Padre y entre los discípulos Así como Jesús tiene un gran amor por la casa del Padre, lo recordaron los discípulos, también nosotros: El celo de tu casa me devora.

Y esto nos lleva a meditar, a amar, a tener ese celo o pasión, por el lugar donde estamos reunidos cuando celebramos la Eucaristía, ¡cuántas cosas importantes han pasado! Seguramente que muchos han sido bautizados en este templo, y han iniciado así su camino cristiano. Muchos también han recibido aquí la primera comunión y desde aquella primera vez han continuado participando cada domingo en la Misa. También han recibido aquí la confirmación, o han celebrado su matrimonio. Y más de una vez han venido a decir el último adiós, y a rezar, por algún pariente o amigo difunto. O han entrado aquí a rezar ante el sagrario. Este templo es una señal visible de todo esto y todas las iglesias nos recuerdan que Dios está presente en medio de su Pueblo.

Todos nosotros hemos sido consagrados "templo de Dios" el día de nuestro bautismo. Por esa razón todo hombre y mujer merece respeto, estimación, valoración. "Si alguno destruye el templo de Dios, Él lo destruirá porque el templo de Dios es santo: ese templo son ustedes".

Cada hombre y cada mujer son sagrados. No podemos convertir a nuestro hermano en esclavo o servidor nuestro, en alguien a quien no sabemos perdonar, comprender, ayudar. Nadie es un instrumento, un productor o un objeto de placer para nosotros. Cada hombre y cada mujer, sea barrendero o artista de cine, sea gobernante o un obrero sin trabajo, sea viejo o niño, sea un ejecutivo triunfante o un minusválido, sea una mujer llena de belleza o una mujer fea, sea un policía o un terrorista, todos son "sagrados", son templo de Dios. Merecedores de todo amor, de todo respeto, de toda comprensión.

Que la Eucaristía de hoy nos haga vivir más intensamente los cimientos de nuestra fe. Que siempre que entremos en esta iglesia, o en cualquier otra iglesia, o siempre que pasemos por delante de la misma, se renueven estos cimientos. Sobre todo debemos dar frutos en el cumplimiento de los mandamientos, especialmente del mandamiento "nuevo" de la caridad que es el cimiento que sostiene a la Iglesia fundada por Cristo.

Oración.

Señor ¿Por qué razón nosotros los cristianos debemos ir al templo los Domingos? Porque es el día de la Resurrección del Señor. Jesús no nos salva separadamente; Él ha venido para formar un Pueblo, una comunidad de personas, para que vivamos en comunión con Él y entre los hermanos; es decir, siendo Iglesia. Este lugar, el templo, nos invita constantemente, cuando escuchamos las campanas o vemos las torres de nuestras iglesias, y somos llamados, convocados a ir, porque es el lugar privilegiado para encontrarnos contigo y con los demás, y ser así Iglesia, Comunidad: lugar donde escuchamos tu Palabra y donde celebramos el memorial de la muerte y resurrección del Señor. Y recibimos la Eucaristía para poder llegar un día contigo. Ayúdanos a saber valorizar cada vez más nuestra fe en el Señor resucitado. Amén.

Contemplación:

¿Cada cuando vamos a la Iglesia o Templo? ¿Hay algo que podamos mejorar al respecto?
Durante este mes invita a algunas personas a ir a la Iglesia a orar un momento. Puede ser tu familia o alguno de tus amigos.

El Señor les bendiga. Nacho, SDB.

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