lunes, 27 de octubre de 2008

Conmemoración de los Fieles Difuntos (2 noviembre 2008)


Evangelio en este día hay varias opciones, la Lectio propuesta es para:
Mateo 25, 31-46.

LOS FIELEOS FIELES DIFUNTOS, El culto de los muertos es uno de los más antiguos. Los cristianos primitivamente recordaban en sus hogares a sus familiares fallecidos. Después, poco a poco, esto se fue transformando en un aniversario general.

El abad de Cluny, san
Odilón, en el año 998 estableció esta conmemoración solemne en la orden benedictina, principalmente para rogar por aquellos que todavía se hallaban en el purgatorio, fijando para tal fin el día 2 de noviembre. Roma la aceptó en el siglo XIV y se extendió a toda la cristiandad.

En los oficios divinos se recuerda a los fieles difuntos. Una parte expresa el júbilo y la fe en la resurrección de los cuerpos; la otra pone su atención en el pecado, en las almas que todavía están en el purgatorio esperando la liberación. Sobre la oración por los difuntos se han expresados los concilios. Sin duda es una tradición que ha venido de los mismos apóstoles que fueron nuestros autorizados maestros.

Para el cristiano, la muerte es el tránsito de la vida terrena a la celestial. La cruz que se yergue sobre la sepultura anuncia que yace allí el cuerpo de un cristiano que vivió lleno de esperanza y aguarda el día de la resurrección general.


LECTURA:

Encontramos a Jesús y sus discípulos en el largo discurso, sobre el juicio final, que es exclusivo de san Mateo. Describe ese juicio de manera gráfica y popular; como rey y juez rodeado de gloria, acompañado de todos sus ángeles para dictar sentencia; y es el pastor que separa las ovejas de los cabritos. Es en ese momento del juicio, que se tiene una separación radical entre buenos y malos, entre los que entran y los apartados y puestos fuera, que se encontraban a la derecha o a la izquierda. Es necesario tener en cuenta el criterio de que se sirve el juez para pronunciar sentencia: la preocupación efectiva de cada persona por los pobres y necesitados. El texto nos presenta e identifica a los necesitados con el mismo Señor Jesús. Y nos presenta ejemplos concretos en dónde se han encontrado a Jesús: en el hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo y encarcelado, porque le dieron de comer, le dieron de beber, lo hospedaron, lo vistieron, lo visitaron o lo fueron a ver. “Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo”. Termina diciendo: “Entonces irán estos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”.


MEDITACION:

Este relato, el del Juicio Final, nos ayuda a meditar en el Señor Jesús, quien aparece como Rey, juzgando. Y nos hace reflexionar en ese momento. Cómo y qué se hizo en el Reino, durante la propia existencia. Nos hace reflexionar en la Vida Eterna y en el Castigo Eterno. En el “vengan benditos de mi Padre, tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo” O en el: “apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles”, porque se preocuparon de hacer el bien a los más insignificantes o por lo que dejaron de hacer a los más insignificantes.


ORACION:

Señor me has hablado con tu Palabra y me dices que serán dichosos para siempre aquellos o aquellas que han hecho el bien, a los más insignificantes, aún sin saber que te lo hacían a Ti, porque se encontrarán con un Juez que los hará entrar a la Vida Eterna. He comprendido tu palabra exigente pero verdadera, que nos dices cuál es el significado profundo de la vida no es confesarte de palabra, sino practicar el amor concreto a los pobres. Porque aunque suene dura tu Palabra, sabemos que lo que no hicimos a los más insignificantes, te lo hemos dejamos de hacer a Ti, Señor. Te pedimos que nos concedas la gracia de ser siempre sensible al hermano o a la hermana que tiene necesidad. Porque Tú, Señor te identificaste con los perseguidos, con los pobres, con los débiles. Tú nos has dado ejemplo claro de vida. El signo más claro de la llegada de tu reino a este mundo se encuentra en el hecho de que en Ti el amor concreto de Dios alcanza a los pobres y a los marginados, no porque se lo merezcan, sino en razón misma de su condición de excluidos, de oprimidos, porque Tú eres Dios y porque éstos que son considerados los últimos son los primeros “clientes” tuyos y de tu Padre.


CONTEMPLACION:

Hago silencio, me lleno de gozo, me dejo iluminar, adoro y alabo, y tomo decisiones para actuar de acuerdo a la Palabra de Dios en mi vida ordinaria personal, familiar, social, del trabajo, de la escuela…

P. Cleo sdb.

Creo en Dios, Padre bueno,
creador de un mundo no terminado
en el que todos podemos participar
porque es nuestra casa.

Creo en Dios, Padre fiel y misericordioso,

que nos ha hecho hijos suyos
y quiere que seamos libres y fraternales,
iguales en nuestra diversidad,
y no pobres y ricos,
amos y esclavos,
superiores e inferiores.

Creo en Jesucristo,

que vio la situación de este mundo
y tomó partido ante ella,
comprometiéndose hasta dar la vida
por el reino de Dios.

Creo en Jesucristo,

que resucitó para el triunfo de la vida,
para que nos liberemos de los prejuicios,
de la avaricia y de la presunción,
del miedo y del odio;
para que transformemos el mundo
en signo y primicia de su Reino.

Creo en el Espíritu,

memoria viva y presente de Jesús,
que nos despierta, acuna y renueva.
Él nos hace ver, en nuestro caminar,
con cuánta precaución nos tenemos que organizar,
hasta qué punto
nuestra inteligencia está atrofiada,
nuestra imaginación empobrecida
y nuestros esfuerzos equivocados.

Creo en el Espíritu,

dador de vida y alegría,
de inteligencia y sabiduría,
de paz y solidaridad.

Creo en la fraternidad de todos los pueblos,

y en nuestra responsabilidad
para hacer de esta tierra
un valle de miseria, hambre y violencia,
o el paraíso por el que tantos han dado su vida.

Creo en los hombres y mujeres de buena voluntad,

en la fuerza histórica de los pobres,
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
y en la buena noticia del Evangelio.

Creo en el don de una vida llena de sentido

para todas las personas a las que Él tanto ama,
y en el futuro nuestro y de este mundo en Dios.


AMÉN
Ulibarri Fl.

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