miércoles, 12 de febrero de 2014

lectio 6 DOrd A

6 Domingo Ordinario, A.
Texto de la lectura orante de la Palabra (lectio divina)                                                   del Evangelio de San Mateo 5, 17-37
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos. Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado al tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda. Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
También han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio. Pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo.
También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un certificado de divorcio. Pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio.
Han oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno.
Palabra de Dios.
Gloria ti, Señor Jesús.
Lectura.
La liturgia del domingo nos propone en el evangelio un amplio relato del "discurso de la montaña" hecho por Jesús. Y sobre todo nos propone una vivencia de la ley desde dentro, fundamentada en una relación personal con el Padre y un elemento esencial: aquel de una mayor justicia según la enseñanza de Jesús; que se sintetiza en el amor de Dios y la radicalidad que pide Jesús a sus discípulos. Es un relato muy extenso para explicarlo en todas sus partes; y la clave de lectura la podemos encontrar en el versículo 20, que dice "les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán en el Reino de los cielos". Porque los escribas y fariseos eran los intérpretes de la ley de Moisés; y así se manifestaban en el exacto cumplimiento de cada palabra como señal de la obediencia a la voluntad de Dios, pero había caído en el mínimo cumplimiento. Y Jesús dice entonces: la justicia de sus discípulos debe ser mayor. ¿Por qué? Si Dios se ha mostrado liberador en Egipto. Ahora Jesús dice que Dios se mostrará, como nunca lo ha hecho, con un amor infinito por ustedes. Jesús está inaugurando la nueva época de la revelación de Dios. Y contemplamos cuatro de los seis ejemplos que san Mateo pone en boca de Jesús. Es por eso que escuchamos: "Han oído ustedes que se dijo a los antiguos… ahora yo les digo". Y Jesús llega hasta el fondo, hasta la raíz, al mostrarnos su amor muriendo y resucitando por nosotros; para que tenga sentido la vida, los comportamientos y criterios de las gentes.
Meditación.
Nos invita a reflexionar a partir de las palabras de Jesús, cuando se dirige en dar cumplimiento y plenitud a la ley de Moisés Y también invita a reflexionar acerca de la libertad humana, entre el bien y el mal, y la sabiduría del don del Espíritu Santo que el Señor da al creyente. Veamos lo que nos presenta el relato, en este domingo, cuatro de los seis ejemplos, cuando Jesús dice: "Yo les digo": por ejemplo, el "No matar" ¿cómo lo interpreto? O como una casuística: si es en legítima defensa, o en caso de guerra, o en homicidio no intencional y otras interpretaciones. Jesús pide algo más: ponte delante del Dios vivo que está presente y se manifiesta con la fuerza de su amor. Ponte delante de Él y te pide que te preguntes a ti mismo, ¿qué debo hacer? Podrás entender que para responder a Dios mismo no basta 'no matar'; es necesario que quites de tu vida todo comportamiento donde no tengas nada de odio, ni de maldad. Por eso el "Yo les digo" de Jesús nos pide mucho más. Y qué pensar del "no adulterarás", del "divorcio" y del "no jurarás". Todas estas palabras de Jesús no las dijo para una mayor exigencia ética de una ley, sino para que pudiéramos comprender la voluntad de Dios, porque son como las indicaciones del camino de Dios, y que nunca serán abolidas.  
Oración.
Son motivos de plegaria el amor que Dios nos ha dado en Cristo; la posibilidad de todo discípulo de Jesús, porque sabe que le fortalecerá con su Espíritu, el de saber elegir y de su empeño por vivir los valores del evangelio. ¿Qué palabras le dirigirás al Señor para cumplir su mandato, para llegar a la reconciliación con el hermano indispensable para un culto auténtico, para mirar con los ojos de Dios, para la fidelidad en el amor conyugal, para tener la ayuda y amarse y respetarse toda la vida en el matrimonio y para tener un lenguaje lleno de verdad?
Contemplación.
Jesús pide a sus discípulos un comportamiento de hijos no de esclavos; de esperanza no de miedo; de amor no de indiferencia. Dios es nuestro Padre y nosotros debemos vivir obedientes a su voluntad. "Felices los que caminan en la ley del Señor" (Sal 119, 1)
     
 
La Paz con ustedes.

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