8 de noviembre 2015
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1er Lectura: 1 Re 17, 10-16
2a Lectura: Hb 9, 24-28
Salmo: 145, 7.8-9a.9bc-10. Alaba, alma mía al Señor
Evangelio: Mc 12, 38-44
38Y en su enseñanza decía: "Guárdense de los escribas que están deseando pasear en largas túnicas, los saludos en las plazas, 39los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes, 40los que devoran las casas de las viudas, a pretexto de largas oraciones. Éstos recibirán una condena abundante.
41Y sentándose en frente de la caja de las ofrendas, veía como la multitud echa dinero en la caja de ofrendas. Muchos ricos echaban mucho, 42pero venida una viuda pobra echó dos monedillas de cobre lo que es un cuadrante. 43Entonces, llamando a sus discípulos les dijo: "En verdad les digo que esta viuda pobre ha echado mucho más que todos los que echan a la caja de ofrendas. 44Pues todos de su abundancia echaban, mas esta de su pobreza echó todo lo que tenía, su completo sustento".
¡Gloria a ti, Señor, Jesús!
LECTIO Busca leyendo…
Este pasare inicia con la "enseñanza" de Jesús, mostrándolo como un maestro. Esta palabra aparece pocas veces en los evangelios, siendo Marcos quien más la utiliza para mostrar la eminencia y poder del mensaje de Jesús (cf. Mc 1,22.27; 4,2; 11,18). En esta enseñanza no habla de alguna teoría, sino de una advertencia.
En el texto podemos encontrar dos escenas, una esta enseñanza, y otra la experiencia del cepo del templo, en ambos momentos aparecen verbos relacionados con el ver ("guárdense", "viendo").
Son presentados dos grupos de poder, en la primer parte los escribas, en la segunda los ricos. Los primeros son acusados de ostentaciones vanales, tanto en el ámbito civil (plazas, banquetes) como en el religioso (sinagogas, largas oraciones). No se habla de su enseñanza, sino de su acción. Los ricos, no son acusados de hacer algo malo, pero son superados por la generosidad de una viuda en su promesa. Los dos grupos están marcados por la "abundancia", los escribas en la condena que recibirán, los ricos en la abundancia de la que dan una parte de limosna.
En ambas escenas aparece la figura de la viuda – un tipo importante en la Biblia para hablar de la misericordia, dada su situación de desamparo en una sociedad patriarcal – en la primera parte como víctimas teóricas de la avaricia de los escribas; en la segunda, con el gesto concreto de generosidad que desencadena la reflexión de Jesús.
Esta limosna al templo parece ser una ofrenda a mano alzada, más que una tasación determinada como el impuesto o el diezmo, dada la espontaneidad de los gestos representados. Podría tratarse de una ofrenda a mano alzada, destinada para la manutención del culto.
MEDITATIO … y encontrarás meditando...
Jesús, presentado como un maestro, no se trata de aquel que enseña desde una silla o con teorías rebuscadas, es el maestro que sabe ver, que reflexionando de la experiencia, llega a desenmascarar incluso las actitudes de aquellos que tienen por la mano la ley. Con su capacidad de observación, no pasan desapercibidos los pequeños grandes gestos de amor como el de aquella viuda. Mas no sólo ve, comunica lo que ve, la enseñanza que de la experiencia puede ayudar a los discípulos a comprender, a ver con los ojos de Dios.
De los escribas no se ataca su enseñanza – que por demás no podría ser suya, pues la palabra era intocable – sino sus actitudes, al ser ensalzados en medio de la comunidad civil y religiosa, se han puesto ellos mismos en el centro y no la palabra. En otro momento, Jesús invitará a hacer lo que ellos dicen, mas no imitar sus obras. ¡Cuántas veces podemos presumir de estar "cerca de Dios", pero tener nuestro corazón vacío de él! La condena para ellos será abundante, especialmente porque han atentado contra el patrimonio de las viudas, que quedando indefensas en vez de recibir ayuda se les quitaban sus bienes, esto es inadmisible en el pensamiento de Dios.
A los ricos no se les condena, pero se les evidencia como superados en la generosidad por la viuda. También ellos están marcados por la abundancia, mientras que la viuda por la completez de su don. La mujer da más que todos porque ha dado todo. No hay medida para la generosidad, porque no hay medida para el amor, que significa la donación total. La viuda que aparece en el relato evangélico, que bien podría ser objeto de caridad, se hace sujeto de ella, rompiendo la lógica de nuestra limosna – tantas veces asistencialista – que no logra ver más allá. Jesús logró descubrir que era todo su sustento, y aún así lo confía, se confía en el Señor. Recordamos ese lema usado por la Cáritas: "Nadie es tan pobre que no pueda dar, ni tan rico que no pueda recibir".
ORATIO … llama orando...
Señor, tantas veces me siento satisfecho con lo que tengo,
otras tantas deseoso de tener más.
Mas no es el mucho tener, ni el mucho carecer donde se encuentra la felicidad,
porque Tú amas sin condición.
Tantas veces me siento importante y centro de atención;
otras tantas, marginado y menospreciado.
Pero no son los reflectores los que te hacen importante,
porque tú me observas, hasta en lo más pequeño que hago.
Por ello, que no me asuste el hacer poco, el rezar poco, el lograr poco,
y que ante esto no ceje en mi esfuerzo de hacerlo todo, y todo por amor,
porque tú no quieres "mucho", tú me quieres "todo". ¡Aquí estoy!
Amén.
CONTEMPLATIO … y se te abrirá por la contemplación!
¿Qué sentimientos nacen de mi encuentro con esta palabra, y con las situaciones entre las que hoy vivo mi fe? ¿Me siento una persona capaz de observar a fondo, o me dejo llevar por el qué dirán, o lo que dicen los medios de comunicación?
¿Cómo he usado mis bienes – tanto materiales como personales – en relación con Dios? ¿Baso mi confianza en él o más en mis propias capacidades y/o posición social?
¿Cómo viviré – concretamente con alguna acción sencilla – mi fe como donación? ¿Cómo escucharé la voz de Dios, observando las situaciones de mi vida y las necesidades de mis hermanos?
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