viernes, 31 de diciembre de 2010

Epifanía del Señor, A (2 enero 2011)

Texto a meditar y orar:
Mateo 2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente, llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisarán el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuándo lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron
al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Lectura (Lectio): Busca leyendo (¿Qué te dice el texto en sí mismo) lee atentamente varias veces el texto evangélico y descubre todos los detalles, personajes, actitudes y relaciones.
En el episodio de los magos ve el evangelista un mensaje divino sobre el plan de salvación que abarca a todos los hombres y no solamente al pueblo escogido. Los magos son hombres de buena voluntad. Aceptan los signos de los tiempos cuando van siguiendo una señal que es la estrella y así llegan al conocimiento de la verdad que es Jesús y todo esto en oposición a Herodes y a los escribas que, poseyendo la revelación escrita, (las Escrituras), y sabiendo bien donde iba a nacer el Mesías, no le reconocen. Jesús nace en Belén en tiempos de Herodes; están claras las coordenadas de espacio y tiempo.
El Evangelio que siendo aún niño, Jesús se manifiesta públicamente como el Mesías esperado que cumple las promesas; y sin embargo sólo los lejanos se interesan por él y lo adoran, una vez que lo han identificado. Guiados por una estrella, unos extranjeros buscan al Señor sin saber bien donde encontrarle; en cambio los judíos que tienen las Escrituras y saben donde buscarle, ni lo intentan siquiera. Los magos que no podían encontrarse con ese rey y que ni siquiera era suyo, lo identificaron en el niño junto a María. Sin conocer las promesas ni las Escrituras, buscaron hasta encontrar una señal y no la dejaron hasta encontrarse con él.
En el relato el significado profundo de la estrella, como un signo y una clara señal de orientación y de discernimiento; la interpretación iluminadora de las Escrituras (Palabra de Dios), como criterio de revelación de la voluntad de Dios y el encuentro con Jesús niño en el portal de Belén que se da a través de María que ofrece a su Hijos para la adoración; tienen todos ellos un significado muy especial.

Meditación: (Meditatio) “…y encontrarás meditando”. (Qué te dice a Ti el texto). Reflexiona y profundiza la Palabra.
Al niño Jesús, el Hijo de María, el Salvador esperado, lo encontraron quienes se lanzaron en su búsqueda cargados de dones. Dios se hizo el encontradizo en Belén, de quien acude a Él ilusionado por poder darle algo de cuanto tiene; no es que Dios necesite de lo que podemos darle, es que nosotros, para encontrarlo, necesitamos poner a sus pies cuanto somos y cuanto de valor tenemos. Únicamente los generosos encuentran a Dios; esa es la magia que Dios espera descubrir en la vida del creyente. El Dios de Belén resulta adorable sólo para quien le busca para hacerle presente su amor y su entrega. El Dios de Belén resulta adorable, es decir que suscita la adoración, sólo por quien es capaz de descubrir las señales de su presencia en el mundo y lanzándose en su búsqueda sigue la luz, la estrella.
Y en Belén, Dios se dejó identificar no por quienes más creían saber sobre El sino por unos despistados que nada sabían de las Escrituras y lo único que hicieron fue preguntar en donde podría estar aquel a quien buscaban

Oración: (Oratio) “Llama orando” (¿Qué le digo yo a Dios).
Gracias, Padre Bueno por enviarnos a tu Hijo Jesús como el Salvador del mundo nacido en el portal de Belén. Nos sentimos muy agradecidos cuando descubrimos todas las muestras de amor que has tenido para cada uno de nosotros, especialmente cuando descubrimos que en las personas de los magos te has querido manifestar a todos los pueblos como su Salvador y la invitación que nos haces a adorarte. Queremos ser como esos magos que sepamos buscar la verdad en todas las cosas para poder encontrarte a Ti que eres la Verdad Suprema. Que sepamos ver las señales que Tú nos das en la creación y en la vida para así descubrirte a Ti presente en nuestro mundo; que sepamos como ellos preguntar, buscar y profundizar en la Palabra de Dios para encontrarte y así adorarte ofreciéndote lo que tenemos y somos.

Contemplación (Contemplatio): “…y se te abrirá por la contemplación”
En silencio, adora alaba a Dios, toma un propósito para tu vida personal que sea una pequeña forma de respuesta a la Palabra de Dios.

Celebremos con gratitud a Dios y alegría el fin del año y el inicio del 2011 y esta fiesta de la manifestación del Señor a todos los pueblos – Fiesta de Día de Reyes. Felicidades.


La Paz con ustedes.

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